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Magíster en Economía Política por la Facultad de Ciencias Sociales (FLACSO) y reconocido especialista económico en diferentes programas televisivos, Hernán Letcher aportó su visión de la actualidad: desde el poder adquisitivo y el impacto de la Ley Bases en los trabajadores hasta la reivindicación de la solidaridad como uno de los valores centrales de la identidad nacional.

Preciso y concluyente en cada una de sus definiciones, Letcher comenzó su análisis del gobierno de Javier Milei en dos dimensiones. Una estructural que consta de tres etapas: la primera relacionada con políticas “tendientes a transferir los ingresos de los trabajadores activos y pasivos” a otros sectores (devaluación del 120%, quita de subsidios y la liberación de tarifas); la segunda, que dicha transferencia “responde a los intereses de grandes corporaciones nacionales e internacionales”; y, por último, la dolarización, mediante la cual, se pretende “congelar estas dos instancias para que no se pueda volver atrás”.

En términos coyunturales, hizo hincapié en el tipo de cambio: “La devaluación con la liberación absoluta de los precios llevó a que, en poco tiempo, tengamos un tipo de cambio similar al momento en el que asumió Milei, con lo cual quedaron todos los costos y ya no hay ‘ventajas’ de esa devaluación. Lo digo entre comillas porque permite acumular dólares y el Banco Central ya no está pudiendo hacerlo”. Consultado sobre si ve cercana una nueva depreciación de la moneda nacional, quien dirige al Centro de Economía Política Argentina (CEPA), expresó que el gobierno “está en una encrucijada”.

La actualidad, reforma laboral y poder adquisitivo. La inflación y el “superávit fiscal” fueron otros de los puntos desarrollados por Hernán Letcher.

-¿Creé que la inflación va a continuar desacelerándose o amesetará? La inflación se estancó en un valor cercano al 5%, el nivel que teníamos previo a la sequía. Es decir, se hizo todo esto para volver a ese punto. Si el modelo no funciona, algo tiene que pasar. Y puede ser que sea una aceleración de la devaluación mensual, por lo que no vamos a tener una baja de la inflación.

-Así como fue la inflación el tema central del gobierno durante el primer año, ¿piensa que será el desempleo el del segundo? Claramente. Hay un fenómeno habitual en las crisis de nuestro país. Cuando cae la actividad de manera significativa, se pierden puestos de trabajo. En la primera etapa no despiden las PyMES, sino las grandes empresas. Pero luego comienzan los adelantos de vacaciones y las suspensiones. Si el escenario se mantiene en el nivel actual, esas situaciones se convierten en despidos. El 7.7% de desocupación y los 150 mil puestos de trabajo registrado perdidos hasta abril son muchos; el escenario va a ser bastante crítico en los próximos meses.

-¿Cree en el “rebote de la economía” que aventura el gobierno? No, no hay ‘V’ (este concepto describe una recuperación de la actividad similar a la caída que tuvo inicialmente). En general, hay una ‘L’ (caída abrupta con estancamiento). En marzo la actividad cayó exageradamente y con un impacto más significativo que lo que la economía demandaba por los ajustes. En abril algunos pensaron que estaba mejor, pero no. Hay otro nivel salarial y es otro el tamaño de la economía. Este gobierno no tiene como objetivo volver hacia atrás en términos de salarios. Para que eso ocurra, en un mes tendrían que haber salarios (con un aumento) del 25.5% e inflación del 10%. Algo imposible que el gobierno de Milei acepte. El problema es que el gobierno considera que, si la gente tiene más dinero, va a impactar sobre la inflación, porque su política para disminuirla es inversa.

-¿Cómo describe el rol de los sindicatos y de las centrales obreras en este contexto? Reivindico el sentido de la estructura sindical. Es uno de los principales bastiones que tiene la derecha en su agenda para destruir. Lograr que no lo haga es uno de los puntos principales de un proyecto nacional y popular en la etapa de la resistencia. Cuando miro al mundo del trabajo, desde que asumió Milei, la cuestión salarial tuvo un impacto más negativo que en puestos de trabajo. Da la impresión de que esto tiende a estabilizarse, pero ahora toma la posta la caída de esos puestos.

-¿Cómo piensa que repercutirá el “equilibrio fiscal” y la Ley Bases en la vida de las personas? Lo está padeciendo. Con la Ley Bases se votó que vuelvan a pagar ganancias buena parte de las y los trabajadores, pero a la par compensó eso la reducción en bienes personales. Por lo cual, los ricos pagan menos y los trabajadores más. También dije que iban a terminar recortando (el poder adquisitivo) de los jubilados y lamentablemente no me equivoqué. Para quienes ansían que se recupere la obra pública, también tengo serias dudas.

En relación con la reforma laboral, por ejemplo, promueve que haya tres colaboradores. Las grandes empresas no tienen en general empleo no registrado, sino tercerización. Esa figura está combinada con la quita de la responsabilidad solidaria de la empresa madre. Es grave, como el hecho de eliminar las multas (a los empleadores), que es un incentivo para contratar en términos no registrados. El banco de horas y el Fondo de Cese Laboral llevado a actividades que no tienen características de rotación. La idea de ese esquema es que el costo recaiga sobre los laburantes.

¿Cómo impacta esta Ley en relación con las privatizaciones? Si bien quedaron más acotadas, van a haber algunas discusiones sobre los trabajadores del sector público. La reforma hidrocarburífera va a impactar al momento de cargar nafta: pagaremos el precio a paridad internacional en un país que produce hidrocarburos. Se abandona por primera vez en cien años el autoabastecimiento energético. La Ley Bases es ilustrativa del perfil del gobierno de Milei.

-¿Cómo analiza la idea de “modernización” que utiliza el gobierno nacional para encubrir todas estas políticas regresivas? Hay una apropiación de conceptos y una disputa. Milei tiene muy presente la batalla cultural. Y tiene un ministro de la batalla cultural que es (Manuel) Adorni, que todo el tiempo dice cualquier cosa. Un componente de su política es que tienen que hacerle creer a buena parte de la sociedad cosas que la realidad muestra de manera muy distinta.

-¿Piensa que están logrando llevarlo a cabo? Sí.

-¿Y considera que van a lograr sostenerlo? Ese es el desafío que tenemos desde los sectores nacionales y populares, pero también como sociedad en conjunto. Quiero vivir en una sociedad que argumente y en la que podamos debatir. No en una en la que alguien pueda decir cualquier cosa porque sí.

-En términos generales, ¿cómo define a este gobierno? En su sintonía gruesa se trata de un modelo de ajuste brutal para ordenar la economía con una clase trabajadora muy disciplinada y un sector empresario no PyME grande, argentino o extranjero que escribe las leyes. El hilado fino habrá que verlo: cuáles van a ser los sectores que van a prevalecer sobre otros en términos de rentabilidad o, si quieren volver con las privatizaciones, quiénes se van a quedar con esas empresas…

-¿Qué sugerencias les daría a las familias para sobrellevar su economía en este momento tan complejo? (Piensa). Hay cierta dispersión de precios y entonces el ‘Camine, señora, camine’ en un punto tiene resultados. Puede ser una buena herramienta, aunque no deja de ser un paliativo secundario en un escenario muy negativo para los salarios. Los trabajadores perdieron un 10 por ciento de su poder adquisitivo (los no registrados bastante más). Si pueden, que hagan alguna inversión financiera sencilla para generar algo más. Y si me preguntan más estructuralmente (risas), diría: ‘organícense y salgan a la calle’.

En el cierre del reportaje, Hernán Letcher concluyó: “Hay que recuperar el concepto de la solidaridad en Argentina y por eso todas las expresiones colectivas organizadas como las sindicales son muy buenas”.

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