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Todos conocemos a Guillermo Esteban Coppola. Con 75 años, el empresario nacido en el barrio porteño de Constitución, repasó comienzos donde fruto de sus conocimientos como trabajador bancario, sumado al carisma en el trato con los clientes, lo catapultaron al mundo del fútbol donde representó a 183 jugadores de primer nivel. Sin embargo, su historia cambió cuando el mismísimo Diego Armando Maradona lo eligió para que sea su mánager. Fue a partir de ese vínculo contractual donde “Guillote” y “el Diego” forjaron una relación que se transformó en una amistad cargada de anécdotas que duró varios años.

La vida del exitoso empresario, que hoy rebosa de elegancia y sonríe a cada uno que lo saluda por la calle, contrasta con su infancia donde lo único que les sobraba eran los sueños. Sus primeros años fueron en una casa humilde de la calle Tacuarí al 1500, con el “baño lejos” y ubicada a poco más de cien metros de la estación de Constitución. En ese lugar pequeño se las ingeniaba para convivir junto con sus padres, su hermano y su abuela materna no vidente. “Una infancia humilde, pero muy feliz”, resumió con una sonrisa nostálgica surgida desde el corazón.

Siempre ligado al mundo del fútbol, Coppola forma parte de la organización de la Copa Argentina desde hace doce años.

-¿Qué le falta a la liga local para contar con público visitante como la Copa Argentina?
La Copa Argentina es un torneo que se juega en el Interior y es más para la gente de las provincias… si bien se viaja en lo que son los clásicos, son partidos más tranquilos. Coordinamos todo con los ministros de seguridad de cada región. Tenemos mucho apoyo y hay un muy buen comportamiento. Después las cosas pueden suceder o no. Pero estoy muy feliz por el desarrollo de la Copa Argentina.

Nuevos horizontes. Además, del fútbol, Coppola es columnista semanal del programa radial “No está todo dicho” (lunes a viernes de 10 a 14 por La 100 ), donde derrocha un sinfín de experiencias y anécdotas que atraen más y más oyentes. “Hay un gran equipo del que aprendo día a día. Guido Kaczka, Claudia Fontán, Guille Poggi, Santiaguito Calzarotto, Marcelita Tauro, Alejandra Salas… Me respetan y yo a ellos también los quiero mucho, los acompaño, porque quienes lograron esto son ellos”, expresó Coppola con la espontaneidad que lo pinta de cuerpo entero tal como en la Biopic promovida primero por Star+ y, desde hace unas semanas, por Disney+ titulada: “Coppola, el representante”, a la que calificó como “formidable”.

-Guillermo Coppola es...
Es un personaje de este mundo, sobre todo del deporte, en el que cumplo cincuenta años. Nunca jugué, pero representé futbolistas desde el año 1974. Tuve la suerte, la fortuna de representar y de estar al lado de Maradona durante 19 años. Hoy sigo participando en esa disciplina que tanto me gusta. Y como Diego decía: ‘El deporte es el rey del mundo’.

-¿Cómo fue ese primer contacto con los jugadores de fútbol y qué recuerdos tiene?
Empecé ese recorrido con Vicente Alberto Pernía, que iba de Estudiantes a Boca. Vicente (era) de Tandil, el presidente del banco en el que trabajaba también y creyó que yo era el mejor para atenderlo. Me lo presentó y ahí comencé. Noté que los jugadores necesitaban un asesoramiento en el aspecto bancario. Había muchos chicos que venían del interior, como Marcelo Trobbiani (de Arequito), los hermanitos Alves (de Olavarría), el coloradito (José María) Suárez (de Córdoba) y Hugo Paulino Sánchez, de Corrientes.

-¿Qué tenía usted que el resto de los representantes carecían?
Les mostré que había un sistema que les permitía transferir el dinero a sus padres y no guardarlo en las almohadas o en los colchones, esperando el viaje de ellos. Entonces, les simplifiqué distintas cuestiones, les abrí cuentas y ahí empezamos. Mi primera transferencia fue la de Osvaldo Santos (arquero de Lanús) al Barcelona de España. El Barcelona de Messi, que en ese momento era el Barcelona de Cruyff. Después vino la del ‘Conejo’ (Alberto) Tarantini al Birmingham de Inglaterra. Y no paré hasta el día de hoy, que estoy en la Copa Argentina, un torneo federal que viene creciendo y que tiene los dos públicos…

-¿Cómo fue el momento en el que llegó a la vida de Diego y él a la suya?
Fue una decisión que tomó en 1985 estando concentrado para las eliminatorias del Mundial de México. Fui a una reunión y me propuso trabajar con él. Me pidió exclusividad y yo en ese momento tenía 183 futbolistas. Le dije que era difícil y me dijo ‘bueno, entonces no se hace’. Y después terminamos acomodando todo (risas)…

-¿Y cómo fue la experiencia de Diego y suya con los trabajadores representados por UTEDYC?
Son quienes nos permiten llegar al estadio, ver el partido y controlar todo; vos ves el excelente estado de los campos de juego y es gracias a ellos. La verdad que siempre valoré lo que hacen y tuve una excelente relación con ellos.

En el cierre de la entrevista, Guillermo Coppola agregó: “A los trabajadores representados por UTEDYC, el mensaje de agradecimiento es puro. Gracias por tantos años y por el buen trabajo que realizan. Sigan haciéndolo, porque sin ustedes el fútbol como lo conocemos hoy, no sería posible”.

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