El escritor y docente universitario analizó el discurso político actual, cuestionó el regodeo ante
el sufrimiento ajeno en las redes sociales y abordó la problemática del uso de la Inteligencia
Artificial en las aulas.
Tras la ventana de un bar de la Ciudad de Buenos Aires Martín Kohan disfruta de leer una novela.
Sobre la mesa quedan vestigios de un café al fondo de un pocillo y reposa un celular con la
pantalla más pequeña de los que se ven habitualmente y con los números como se usaban a
comienzos del milenio. A pesar de estar catalogado como intelectual, su vida transcurre entre
pasiones: su pareja, la literatura y Boca. “Tengo un gran cariño por los trabajadores de la cancha”
expresó en alusión al vínculo que tiene con quien trabaja en el sector de platea de la
bombonera.
Cuando se le consulta por la palabra “libertad” de inmediato su sonrisa distendida se vuelve seria y
su entrecejo se junta. “Están hablando de una libertad concebida en términos exclusivamente
económicos y que, incluso dichos términos, es una libertad más orientada a las iniciativas
comerciales o empresariales”, comenzó Kohan. “La idea de que solo sea la libertad de mercado, de
las iniciativas empresariales de mercado, no garantiza un estado de libertad para la sociedad. Para
que esa libertad impere tiene que haber ciertas condiciones económicas aseguradas”,
reflexionó.
“Entendiendo, de un modo incluso muy básico, a la libertad como la posibilidad de
elección, de
elegir cosas en nuestras vidas. Contrariamente a lo que plantea el jefe de estado, la pobreza
aumentó y no disminuyó, obviamente debido a las condiciones de apremio económico. De esta
manera los márgenes de elección se reducen y, a veces, se reducen a cero. Hay quienes viven -que
son muchos- solamente procurando asegurar a su familia la comida de la noche; y no siempre lo
logran. Es casi cínico plantear una condición de libertad cuando una proporción tan enorme
de la
población no tiene margen de elección para prácticamente ninguna cosa. Levanta la
bandera de
la libertad y restringen el derecho al aborto”, enfatizó el analista.
“No obstante, hay que advertir y admitir que tuvo y tiene su eficacia”, clarificó Kohan. “Pero las
condiciones reales que plantea como los que trabajan con el reparto por aplicación es de una
presión de explotación laboral altísima. Los despojan de todo y los sobre explotan”.
-¿Cómo considera el discurso político de este gobierno?
Encontró ciertas condiciones de posibilidad para que resultara eficaz y que tiene que ver con
condiciones y situaciones previas, que es el discurso -y no solo discurso- alternativo a esta
formulación. Pero las condiciones reales derivadas de esos discursos que deberían haber servido
para contrarrestar el engaño de esta formulación, ya estaban fallando. Esos trabajadores ya
estaban precarizados. Por supuesto que hay una pérdida de derechos, y que este gobierno
avanza sobre una quita de derechos con el recurso cínico de llamarle privilegios. Esa
quita de
derechos formulada con un discurso de engañosa promesa de libertad radica su eficacia en que el
discurso previo ya no tenía un anclaje con las condiciones reales. La sobrecarga tributaria sobre el
laburante de abajo y la inequidad impositiva ya estaba. La precarización de las condiciones de
ciertos sectores también. El trabajo en negro o bajo la forma del contrato que se renovaba año
tras año estaba dentro del estado. Entonces, el discurso de protejamos los derechos empezó a
girar un poco en el aire. También creo es que el 30% de sus votantes es de una cantidad de
gente
que tiene por el peronismo un odio tan grande que es capaz de votar cualquier cosa. Ahí
es un
un sector que, no pudiendo plantearse una perspectiva crítica superadora del peronismo podría
ser una alternativa, sino solamente un encono incondicional. Entendiendo por ‘incondicional’ a no
me importa nada, solo quiero obstruir eso.
-¿Cómo se hace para salir de la lógica binaria política que impera desde hace ya bastante
tiempo?
Es la explicación que encuentro para que me tilden de kirchnerista una y otra vez (risas). Que
puedo tener zonas de afinidad, sí. Pero entre quienes estamos convencidos de que hay que
sostener la bandera de los 30 mil desaparecidos y los que van a visitar a Alfredo Astiz, voy a tener cierta afinidad. Pero también tengo muchas otras discrepancias que se borran por completo.
Todavía no han encontrado un solo ñoqui, y no han destapado un solo curro concreto. El terminar
con los ñoquis y la casta tenía que ver con apostar algo nuevo. Punto. Un
atípico. Sin embargo, rápidamente entra en escena Sturzenegger, que uno ahí dice, pero este no
es nuevo. Y Caputo, este tampoco es nuevo. Pero tiene más que ver con esa esperanza que con la
adhesión específica a ciertas conceptualizaciones ideológicas. Una esperanza fuerte y difusa a la
vez, porque a diferencia de otras cosas, la esperanza cuanto más difusa, más
fuerte. Sino es un
plan. Es un significante vacío en el que vos lo llenás de fe.
-Se perciben ciertos discursos donde impera una regodeo en el ensañamiento con el
padecimiento ajeno ¿Coincide con esta afirmación?
Hoy en día se ha normalizado, y a mí me pareció uno de los datos más significativos como
características de época, porque medidas perjudiciales para la población hemos visto un montón.
Este viraje por el cual se anuncia el daño y se lo celebra me parece un síntoma de época
alarmante, deprimente, feroz, llamativo.
-¿Como analiza los discursos en las redes sociales? ¿Y cómo funciona en la construcción del
discurso político?
Hay una relación entre instrumentación política y discursos de legitimación de una política.
Efectivamente resulta más eficaz, no una, sino varias cuentas de Twitter que una agencia de
noticias (en relación al cierre de la agencia de noticias Télam). Porque la base está en la
agresión,
en la violencia, en la denigración sostenida y en la mentira. No es que no se pueda
mentir desde
un medio de comunicación o una agencia de noticias, pero los términos en los que disputábamos
verdad o mentira con los medios tradicionales no son estos. Y lo que parece funcionar en las
redes, además del regodeo de la violencia que es muy evidente, es una apelación tramposa a la
noción de libertad que es interponer la inquietud para que se instale la difamación y la denigración
de medio mundo todo el tiempo. La disputa entre verdad y mentira no es nueva. Pero se traspasó
un punto en que lo que se disputa no es del orden verdad o mentira porque la información falsa
genera adhesión. Es decir, el criterio de adhesión no es sopesando si es verdad o
no. Se toma una
formulación que hace daño a alguien a quien le tengo rencor por lo tanto adhiero, faveo, me
sumo, reproduzco y lo hago proliferar.
-¿Es esa misma dinámica que hicieron con las auditorias de la universidad lo que hicieron
con la
novela de Dolores Reyes y demás escritoras?
Claro, porque por algo no la van a leer. Porque no les interesa si pornográfico o no. Daña algo que
ellos llaman kuka, -que ya no se sabe ni qué es, porque Dolores Reyes tampoco es kirchnerista-.
Entonces, cuando circula esta formulación si son novelas pornográficas destinadas a promover la
pedofilia es doble mentira, porque no es pornográfica y ni es para niños. Por otro lado, si vos lees
una página de un acto sexual con una menor como un instructivo, el problema es serio ¿Por qué lo
lees como un como un instructivo? ¿Entonces si lees policiales salís a matar? No es fuera de
contexto, es fuera del texto. Porque contexto es lo que está alrededor del texto. No sacan el texto
del contexto, lo sacan del texto. No leen. Instrumentar un proyecto político en un país y regular la
circulación pública de los discursos, las noticias, las opiniones, de esta manera, es atroz.
-¿A qué momento histórico te hace acordar?
En la singular idea de un jefe de estado que insulte a la gente a ninguno. Y me
parece una
limitación con la en su formulación de que es un problema de formas y modales. Está
subestimando la cuestión de las formas. Está suponiendo una separación entre forma y contenido
en general. El contenido no está nunca escindido de la forma y, en algún punto, la forma
constituye al contenido. Entonces, lo que lo que el jefe de estado pretende minimizar como forma
son aspectos que constituyen el contenido. No son menores, son determinantes porque, al mismo
tiempo, la lógica de la violencia verbal y de la denigración sistemática del otro es, ante
todo,
hecha de forma.
Retornando a su condición como docente Kohan se refirió al nivel educativo que atraviesa el país
donde reconoció que hay “ciertas deficiencias de la formación del secundario en cultura general;
algo del orden de la curiosidad intelectual y de la valoración intrínseca del saber, que ha sido mi
argumento pensando en el secundario. Y, al mismo tiempo, inducir a un esfuerzo intelectual sobre
un objeto que, en principio, a vos no te va a aportar nada, pero que es por el hecho mismo de
saber. Pero no es lo único que está roto, hay algo que -a uno también lo afecta- es cada vez más
difícil concentrarse.
-¿Fundamentalmente por el uso del teléfono celular?
Porque no es un teléfono. De lo que vos estás hablando es de una minicomputadora con conexión
a Internet. Si fuera un teléfono, te interrumpiría cuando alguien llama. Es una pequeña
computadora con conexión a Internet y televisor incorporado.
-Por decisión política UTEDYC fomenta la capacitación tanto presencial como virtual al mismo
tiempo que promueve la lectura a través de la biblioteca digital, ¿qué opinión le
merece?
Me parece evidentemente fundamental, sin dudas. Supongo que hay una tradición de prácticas
culturales en el ámbito sindical. Debería haber mayor participación entre mundo intelectual y
mundo del trabajo. Todo lo que contribuya a aumentar y facilitar la accesibilidad de los
interesados en los bienes culturales y a suscitar intereses de los que no estaban interesados,
bienvenidos sean.
-¿Cómo convive el racionalismo crítico suyo con tu fanatismo futbolístico?
Separados. La combinación literatura-fútbol no me apasiona. Porque la pasión tiende al absoluto.
Mi mujer es la única mujer en mi vida, y la que hubo antes también, fue la única mujer en mi vida.
Mientras la quise, claro. Porque así funciona la pasión. Si la combino con la literatura se me
relativiza, no se potencia; al contrario es media pasión. Literatura y fútbol son mundos
complementarios, pero que no se entremezclan porque funcionan como absolutos. Además, no
son muchas las situaciones en las que realmente puedo decir ‘me salí de ahí’. Donde realmente
siento que dejo de lado todo el trabajo y todo lo que estoy escribiendo, es la cancha. Boca Juniors,
en particular, en mi vida es como de mi parte más “enferma” y también la más sana. La más sana
en sentido de parar, desentenderme, meterme completamente en otra cosa, salir un poco de la
lógica laboral. Además, soy distinto en la cancha a como soy siempre. Esa experiencia de ser
otro
de mí, que no la tengo en muchos otros rubros, quizás en ninguno, es algo que también le debo
al fútbol. Y eso también requiere no traspolar.
Libros Recomendados:
• Lenguas vivas de Luis Sagasti
• La circunstancia de Jorge Concilio
• Sobre un campeón póstumo de Leonardo Sabatela