Uno de los políticos con mayor aceptación dentro del peronismo analizó el futuro económico del
país y sus consecuencias sociales; además, destacó el rol de los gremios en la mesa de negociación
frente a una reforma laboral y recalcó las herramientas adquiridas durante su juventud como
militante.
Con apenas trece años, Leandro Santoro logró el permiso de su madre para poder entrar por
primera vez a un comité radical. En su ideal político estaba Raúl Alfonsín, quien representaba un
proyecto de país orientado hacia una democracia con sentido social, con integración
latinoamericana y con una mirada heterodoxa de la economía para garantizar mayores niveles de
discusión. Hoy, mantiene esa idea, pero su inmersión en el Frente de Todos le agregó una batalla
social, con impulso desarrollista que lo catapultó como uno de los candidatos con gran nivel de
adhesión dentro del PJ.
En relación con la Reforma Laboral que impulsa el oficialismo, Leandro Santoro anticipó que el
gobierno nacional finalmente logrará llevarla a cabo y explicó los motivos de su análisis: “Primero
porque creo que el grueso de la ‘oposición colaboracionista’ está a favor de eso. Y segundo porque
también hay mensajes que permiten abrir esa discusión”.
Aunque el dirigente se encargó de explicar una clara diferencia entre las propuestas oficialistas y
la
postura del peronismo: “Cuando hablamos de reforma laboral estamos pensando en la aparición
de nuevas actividades que requieren otro marco normativo. Eso es cierto, lo que pasa es que
nosotros sabemos cuáles son las intenciones que oculta la derecha, que es la precarización laboral.
Estoy a favor de una reforma laboral, pero no estoy a favor de una precarización laboral. Son dos
cosas distintas”. Y destacó: “Hay que construir un consenso en el que estén los sindicatos dentro.
No es tan difícil. Creo que la forma que estamos tratando de discutir este tema es la peor de
todas: por decreto. En Alemania o en cualquier país serio cuando discuten este tipo de cosas
invitan a los sindicatos, después pueden coincidir o no. Pero es más fácil encontrar una solución
dialogando que tratando de imponerlo por DNU”.
-¿Cómo impactaría la implementación del DNU 70/23 en el campo laboral y en los derechos de
los trabajadores?
Todo negativo. El gran tema del año que viene va a ser el desempleo. Producto de una búsqueda
deliberada de una recesión y de una desregulación de todas las esferas de la economía, lo que va a
provocar un ‘sálvese quien pueda’ y un aumento de la informalidad.
-¿Cómo analiza el rol de los sindicatos y de la Central Obrera en estos
momentos?
Los sindicatos tienen que tratar de representar a su sector tratando de evitar que se cierren
puestos de laburo y defender las fuentes laborales. Y la CGT tiene la obligación de tratar de poner
un límite a esta vocación destructiva del gobierno.
El diputado señaló una problemática social que atraviesa a gran parte de los argentinos: “Hay una
diferencia entre lo que la gente es y lo que la gente se percibe. Ahí hay un problema. No
necesariamente la discusión se da en relación de las condiciones objetivas o materiales, muchas
veces se da en términos de las condiciones subjetivas. Laburantes que en lugar de pensar como
laburantes piensan como empresarios, pero no viven como empresarios, viven como laburantes. También
es una sociedad que valora excesivamente a los empresarios”. Y destacó que desde el
peronismo debe haber un trabajo de construcción didáctica y pedagógica para que los valores
propuestos puedan entenderse en términos de una utilidad social.
La juventud y la militancia. El actual Diputado del Frente de Todos destacó todas
las herramientas
incorporadas durante sus inicios: “Creo que cuando uno comunica siempre vuelve a su primera
militancia. La mayor experiencia de formación política fue, sin lugar a dudas, la vida del local
partidario y la experiencia de la militancia de base porque es donde uno más amor le pone a las
cosas. Porque si no le ponés amor, las cosas no salen”. Al mismo tiempo destacó su preocupación
por la actitud conservadora. “Me parece más inteligente y necesario el proceso de experimentar
como modo de aprendizaje que repetir consignas o formas. Uno de los problemas más graves que
tenemos es que a veces compramos la política como paquete y no pensamos lo suficiente.
Tenemos mucho miedo de entrar en contradicción con nuestras propias ideas. Por eso hay mucha
resistencia al cambio interno del Partido”, señaló y agregó que la polarización de la política se
debe a la falta de reflexión.
Al analizar el triunfo de Javier Milei en las elecciones presidenciales, el politólogo y docente lo
adjudicó a “una combinación de factores”. Y remarcó: “Hay una corriente global ultraconservadora
que está haciendo mucha mella en los pibes y en los trabajadores de plataforma (Uber, RappI,
etc), en el trabajador informal o en el trabajador que no tiene una relación de dependencia como
la que tienen en su gremio. Y eso implicó la inclusión de un montón de consignas y valores que son
muy extraños para nuestra cultura política”.
Luego de reconocer que hubo una fuerte autocrítica dentro del partido, expresó: “El Estado
funcionaba mal. Para defenderlo tendríamos que haber sido mucho más sofisticados en la
construcción de una herramienta que le sirva a la gente y ser mucho más celosos en el cuidado de
los recursos públicos para evitar cualquier tipo de desviación”. A su vez, amplió: “Una cosa es
decir
el Estado funciona mal y otra es decir ‘yo quiero una sociedad sin Estado’. Yo quiero una sociedad
donde el Estado funcione bien. En líneas generales no estábamos generando una política
redistributiva inteligente que generara conciencia y que fuera socialmente valorada”.
Con respecto a las redes sociales como herramienta política, el diputado reconoció que el rol es
importante, aunque explicó que “tampoco hay que sobredeterminarlas”. En ese sentido detalló
que en la política “funcionan para desgastar e instalar temas, pero no para construir. Podés
desgastar o instalar un candidato, incluso hasta podés ayudar a que ese candidato gane, pero no
va a gobernar con las redes sociales y tampoco va a ganar por las redes sociales”.
Números críticos. Leandro Santoro calificó duramente los dichos del ministro de
Economía, Luis
Caputo en relación a la caída del consumo: “No sé si son cínicos, perversos o las dos cosas”,
comenzó el diputado quien tras reconocer que durante la campaña presidencial Javier Milei
propuso una estanflación como forma de nivelar la inflación, anticipó: “En algún momento la
inflación va a dejar de subir porque la gente no va a poder consumir y, probablemente, después
que todo se destruya haya una recuperación que no necesariamente nos ponga en el mismo lugar
de donde partimos. Tal vez suba el PBI, pero la distribución de ese PBI va a ser mucho más
ineficiente y menos solidaria. Porque, además, eso genera una mala distribución del PBI y conspira
contra el crecimiento a largo plazo. Porque cuando hay muchos que ganan poco y pocos que
ganan mucho, ese capital no dinamiza la economía y frenan el mercado interno”.
En la misma línea calificó el primer trimestre de Javier Milei como de “absoluta crueldad”. Y
esgrimió: “Son humanamente incorrectos. Han generado una economía inhumana y una
estructura social perversa”. El excandidato a jefe de gobierno porteño se focalizó en la
importancia de despolarizar el país: “Así la Argentina es ingobernable, mucho más si se quiere
tener un sentido popular. La derecha tiene la ventaja que mañana despiden gente y lo van a
mostrar como un logro”. El dirigente de origen radical mostró una mirada diametralmente opuesta
a la visión del líder libertario y remarcó: “El problema no es que no tienen política de salud, es
que
tampoco tienen política industrial, alimentaria, educativa; tienen una sola política que es la
fiscal,
que es el ajuste. Ni siquiera tienen política de seguridad que es algo de lo que alardean y que no
han logrado concretar. Se jactan de la política antipiquetes asumiendo que la protesta social es la
criminalidad, lo cual es un error. Hoy la gente no está más segura que antes”.
“Hay un sector de la sociedad que dio un salto al vacío porque votó a Milei solamente porque
representaba un cambio sin saber lo que ese cambio significaba. Para mí, Milei no es un salto al
vacío, sino un salto hacia una hiperindividualización que apela a la destrucción de los lazos
comunitarios, de la solidaridad, de los valores sociales y provoca que cada uno piense, en el mejor
de los casos, cómo consigue salvar su grupo familiar, cuando no uno solo. Ese proceso de
atomización y de lógica centrífuga de la sociedad imposibilita construir un proyecto de
país”.
Un país con futuro. Leandro Santoro echó por tierra la premisa de que Milei es la
última
oportunidad que tiene la Argentina para recuperarse. “El mundo nunca se acaba. Siempre es la
última y, probablemente, estamos siempre un poco peor” y amplió: “Cada día soy más
desarrollista. Nosotros, además de la distribución de los ingresos tenemos que pensar en cómo
creamos riqueza, cómo construimos una sociedad más moderna”. El dirigente progresista explicó
que su modelo de país debe contar con la industria, con el campo, con la minería responsable y
cuidando el ambiente, con industria tradicional -con el agregado de la ciencia y la tecnología-.
“También hay que hablar de la industria del conocimiento, de la Inteligencia Artificial porque hay
un proceso de automatización de la producción que si nosotros no miramos probablemente en los
próximos diez años nos quedemos afuera de todo”.
Por otro lado, calificó como “irresponsables” a los dirigentes que anticipan una caída del gobierno
para el próximo semestre y explicó que esa postura “pone al peronismo en el lugar del golpismo y
eso lo perjudica enormemente para reconciliarse con sectores populares y jóvenes que se
fueron”.
Al cierre de la entrevista, Santoro se mostró optimista con la recuperación del peronismo y anheló:
“Espero que haya un acuerdo entre el radicalismo y el peronismo. Eso es lo que debería pasar.
Estamos frente a una coalición absolutamente delirante donde hay gente que va a laburar para
que Milei sea presidente sin creer en el proyecto de país que propone y siendo agredido por el
propio Milei; no lo entiendo. Ojalá el radicalismo y el peronismo recuperen el canal de diálogo
para construir una alternativa porque creo que es lo que la Argentina necesita frente a una
derecha que es antipolítica, antiestatal y antinacionalista”.