Entrevista a Claudia Piñeiro
La escritora y referente social en temas de género compartió una charla con Revista 5/02, donde reflexiona sobre cómo sostiene su vocación de escritora y su lucha por la igualdad de género, y brinda una mirada diferente sobre las próximas elecciones.
Claudia Piñeiro llegó a convertirse en una de las escritoras más leídas de la actualidad en nuestro país. El compromiso social que demuestra en sus novelas y su postura férrea frente a la desigualdad le fueron abriendo caminos, con su palabra justa para muchos y su voz incómoda para pocos.
¿Por qué elegiste estudiar Ciencias Económicas en lugar de elegir una carrera humanística?
Ser contadora fue una casualidad. Yo quería estudiar Sociología. Era el año 1978 y la dictadura militar cerró todas las carreras humanísticas en la UBA. Tenías que elegir entre lo que quedaba. Si bien no había pensado en literatura porque en mi familia no había artistas, ni escritores, me costaba pensarme como tal. Me gustaban las carreras humanísticas como Sociología que tiene bastante que ver con lo que yo escribo. En esa literatura hay una mirada sociológica. Yo sabía que tenía que estudiar una carrera que me permitiera trabajar. Como provengo de una clase media/baja, el esfuerzo de los padres para que vaya a la universidad tenía que tener como contrapartida que lo que estudiara después me diera un mejor trabajo. Ciencias Económicas cumplía con esos requisitos.
¿De dónde te surgen las ideas para escribir?
Trato de pensar en imágenes. La idea es demasiado abstracta para la creación literaria. La idea siempre está, pero tapada como los sueños. En las imágenes hay una mezcla de cosas que quizás escarbando llegás a saber de dónde vienen, y esconden una idea atrás. Creo que uno debe escribir desde los personajes y la historia que quiere contar, y que la idea aparezca sola.
¿Sos metódica para escribir?
Cuando son temas específicos que a mí me parece que tengo que saberlo, sí. Por ejemplo, en la novela “La viuda de los jueves” consulté a un electricista para saber exactamente cómo podía morir una persona electrocutada en la pileta. No significa que después puse todo lo que me dijo. Porque hay cosas técnicas que no hacen a la cuestión. La novela que estoy escribiendo tiene que ver con cosas forenses, e hice un curso de medicina forense y demás, pero no voy a usar todo, sólo lo que conviene para la novela. Me parece que tengo que saberlo para que no haya pasos en falso.
¿Cómo definís al movimiento feminista actual?
Hoy ya es un movimiento político transversal que abarca distintos compromisos, distintos activismos, distintos sectores dentro del movimiento. Creo que durante muchísimo tiempo muchas de nosotras no nos dijimos feministas porque no teníamos una participación activa. Pero hoy en día nos decimos feministas porque estamos de acuerdo con mucho de lo que estamos consiguiendo todas las mujeres juntas pidiendo por nuestros derechos. Entonces feminismo dejó de ser un activismo de nicho a ser algo por lo que estamos peleando el 90% de las mujeres y muchos hombres que nos acompañan. Excedió el concepto originario de la palabra.
¿Qué cambios se visibilizaron más en los últimos tiempos respecto al rol de la mujer en la sociedad?
La violencia machista fue el cambio más profundo. Ya no te reís cuando un tipo le hace un chiste grosero a una mujer. Con respecto a la lucha por la ley del aborto me parece habilitar la palabra. Se hablaba muy por lo bajo y se decía “se lo va a sacar”; no se hablaba. No se decía la palabra aborto. Los chicos saben lo que es un aborto. Si alguien tiene que pasar por una cosa así sabe a qué personas se les puede decir una cosa así: “Me pasa esto, ayúdame”. Antes era algo del silencio y de la vergüenza y poder decirlo es uno de los grandes logros. Y otra cosa extraordinaria que ha sucedido es el cupo en la política. Porque eso derrama para toda la sociedad. En la política hubo la ley de cupo, que todavía hay que aceitarla, porque ahora pasó que tenían que armar las listas y no había mujeres. No es que no haya mujeres. Es que las han tapado tanto tiempo que ahora nadie las conoce.
¿Cómo describirías la participación de la mujer dentro de la política?
Creo que el acceso de la mujer y del hombre a la política debería ser igual. Tenemos la obligación de pensarlo ahora, porque hay una desigualdad evidente. Si no fuera esa disparidad evidente, no lo estaríamos cuestionando. Quizás en algunos años ya no pensemos más en hombres y mujeres, sino que analizaremos quién es el mejor legislador, independientemente de si es hombre, mujer o no binario. La verdad es que hoy ves una lista con todos hombres y te molesta. Entonces va a llegar un momento en que no va a ser necesario exigirlo con la ley; va a estar asumido, pero mientras tanto, hay que hacerlo de esa manera porque si no es imposible.
Tu visión crítica sobre la sociedad, sumado al hecho de que sos una referente en temas de género… ¿Alguna vez te planteaste participar activamente en política?
Me lo tuve que plantear porque me lo pidieron. Pero siempre dije que no, porque no tengo ninguna duda de que no quiero hacerlo. Pero para estas elecciones me pidieron participar en algún puesto en las listas, porque no encontraron mujeres dentro de sus listas; pero no porque no las hubiera, sino porque ellos mismos las estuvieron tapando. Cuando llegó el momento de armar las listas, necesitaban “gente conocida”, por decirlo de alguna manera. Entonces fueron a buscar a muchas mujeres del movimiento feminista, porque les podía servir para los puestos que querían cubrir. A mí no me interesa la política partidaria porque me interesa la independencia de poder decir lo que quiera del partido que sea y opinar libremente desde mi lugar de escritora sobre cualquier situación. Es decir, me interesa la política y discutir sobre diferentes temas e ideas. Pero si yo perteneciera a un partido, me sentiría limitada para decir algunas cosas en un lado y en el otro. Y yo necesito tener esa libertad. Por otro lado, me parecía una falta de respeto para aquellas mujeres que vienen militando en política desde hace mucho tiempo, que venga alguien de afuera porque les sirve a ellos para poner una cara que la gente más o menos conoce.
¿Qué mensaje les dejarías a nuestras trabajadoras para el próximo Encuentro de la Mujer de UTEDYC?
Las mujeres trabajadoras históricamente han tenido siempre un papel preponderante. Este movimiento de mujeres que se ve hoy en la calle tiene mucho que ver con la fuerza de las trabajadoras a lo largo de la historia. Entonces me parece un gran ejemplo la fuerza laboral de las mujeres; es un lugar que nos pertenece y del que tenemos que apoderarnos y tomarlo como nuestro.
