UTEDYC en la historia: El voto femenino

HISTORIA

La lucha por el derecho al voto femenino ha sido una larga batalla que se ha librado durante más de 50 años y de la cual han participado mujeres de todos los sectores políticos y sociales. Al nombrarla, automáticamente nos retrotraemos al año 1947 en el que se promulgó la ley. Sin embargo, esta demanda histórica encuentra sus orígenes en las luchas feministas de finales del siglo XIX.

Fueron las mujeres organizadas en agrupaciones socialistas, anarquistas y radicales quienes batallaron por la obtención de sus derechos cívicos. Desde fines del siglo XIX las mujeres argentinas venían peleando por la obtención del voto. En 1907, la socialista Alicia Moreau de Justo creó el Comité Pro-Sufragio Femenino, que fuera el puntapié inicial para alcanzar, varias décadas después, su objetivo. Otra de las pioneras fue Julieta Lanteri quien se anticipó a los padrones electorales y se presentó con un amparo de la justicia porque el padrón no mencionaba nada respecto a que las mujeres no pudieran votar. Fue así que el 16 de julio fue la primera mujer incorporada a un padrón electoral argentino, y en las elecciones municipales del 26 de noviembre de 1911 se convirtió en la primera sudamericana en votar.

¿Qué fue el Comité Pro-Sufragio Femenino?

Con el objetivo de reivindicar los derechos políticos de las mujeres, en 1907 Alicia Moreau fundó y lideró el Comité Pro-Sufragio Femenino. Surgido del Partido Socialista estuvo integrado por Sara Justo, Julieta Lanteri y Elvira Rawson. En 1911, el diputado Alfredo Palacios presentó ante el Congreso de la Nación el primer proyecto de voto femenino. Este fue negado de manera tan rotunda que ni siquiera se logró tratar en tablas.

La lucha de las mujeres persistió. El Comité, a través de la realización de acciones a favor del voto femenino, alentó siempre la participación de la mujer en la vida política. En 1920 llevó a cabo dos simulacros de elecciones con campaña electoral incluida. En estos ensayos se daba lugar a la palabra de las militantes en los espacios de trabajo y en las calles. Además, se realizaban charlas, conferencias y veladas literarias.

En relación a estas intervenciones, Alicia Moreau expresó:

“Lo que pretendemos es despertar la atención de las mujeres, es interesarlas en el movimiento, es provocar una manifestación de opiniones”.

¿Quiénes fueron las pioneras de este movimiento?

Alicia Moreau (1885-1986)
Médica, educadora y política argentina, figura destacada del feminismo y el socialismo. Incansable luchadora por lograr la igualdad de género, fue líder del movimiento por el voto femenino en Argentina. Para Alicia Moreau, el sufragio, la educación y la ciudadanía iban de la mano. Por eso, creía en el voto de la mujer como un medio para progresar y lograr el bienestar social.

Julieta Lanteri (1873-1932)
Médica, farmacéutica y política ítalo-argentina, encaró la lucha por los derechos políticos de la mujer y también en otros ámbitos. En 1919, impulsó la creación del Partido Feminista Nacional. Su lucha incluía denunciar las condiciones inhumanas de las obreras privadas de cualquier derecho, pelear contra proxenetas, exigir el derecho al divorcio, terminar con el poder de la Iglesia sobre la vida de las personas. Perseguía la igualdad de derechos en todos los planos, político, legal, laboral y civil.

Elvira Rawson (1867-1954)
En 1892, Elvira Rawson se convirtió en la segunda mujer argentina en recibirse de médica. Dos años antes, atendió sin descanso a heridos durante la Revolución del Parque, insurrección cívico-militar que terminó con el gobierno de Juárez Celman. Fue militante de la Unión Cívica Radical y una de las fundadoras del Centro Feminista, que reivindicaba la igualdad civil y política de la mujer. En 1919, impulsó la Asociación Pro Derechos de la Mujer, de la que se convirtió en presidenta. Hombres y mujeres formaban parte de este grupo que, además, estaba integrado por diferentes convicciones políticas.

La conquista final: La ley 13.010

Desde aquel proyecto de Palacios de 1911 se presentaron otras 22 iniciativas legislativas hasta que el 23 de septiembre de 1947 pudo sancionarse finalmente la ley 13.010 que establecía en su primer artículo: ”Las mujeres argentinas tendrán los mismos derechos políticos y estarán sujetas a las mismas obligaciones que les acuerdan o imponen las leyes a los varones argentinos.”

El 21 de agosto de 1946, durante el gobierno de Juan Domingo Perón, y luego de una inmensa campaña el proyecto de sufragio femenino fue aprobado por la Cámara de Senadores, para que al año siguiente hiciera lo propio la Cámara de Diputados, luego de un maratónico debate. Ese 23 de septiembre Eva Perón debutó como oradora en el balcón de la Casa Rosada y lo haría para hablar ante una multitud convocada por la CGT que celebraba la obtención del voto femenino. Comenzaba a sonar una voz enérgica que quedaría grabada para siempre en la memoria del pueblo argentino, tanto de los que la amaban como de quienes la odiaban. Evita dijo ante la multitud:

“Mujeres de mi patria: recibo en este instante de manos del gobierno de la Nación la ley que consagra nuestros derechos cívicos(...) Victoria de la mujer sobre las incomprensiones, las negaciones y los intereses creados de las castas repudiadas por nuestro despertar nacional”.

El 11 de noviembre de 1951, Argentina fue un poco más justa y el sufragio femenino por fin se hizo realidad. Luego de cuatro años de una fuerte campaña de empadronamiento, más de 3.500.000 de mujeres votaron por primera vez. Participó el 90% del padrón femenino, siendo reelecto el presidente Juan Domingo Perón con el 63,4% de los votos. Ese día las mujeres superaron en cantidad de votos peronistas a los varones en todos los distritos. Además, hubo un total de 109 mujeres electas, entre diputadas, senadoras y legisladoras provinciales.

No solo se conquistó el derecho a elegir y ser electas, el empadronamiento también les permitió obtener la Libreta Cívica, documento que habilitaba todos los derechos civiles, hasta ese momento el único documento oficial con el que contaban era el acta de nacimiento.

En los años posteriores otros derechos lograron ser alcanzados, los más resonantes fueron: la patria potestad compartida en 1949 y la ley de divorcio en 1954.

La conquista final del voto femenino fue consecuencia de militantes comprometidas, que buscaban darle voz a un sector de la sociedad ampliamente discriminado. Ellas fueron protagonistas de su época y pelearon por una sociedad más justa.

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