Publicación de la Unión Trabajadores de Entidades Deportivas y Civiles
Secretaría de Prensa y Propaganda Nacional
Nuevo convenio con la Casa de Ana Frank

Entrevista al Lic. Héctor Shalom, director de la Fundación

En otra acción que fomenta la capacitación y la instrucción, UTEDYC firmó un convenio con la Fundación de la Casa de Ana Frank en Argentina. En una entrevista exclusiva con la Revista 5/02 digital, el Director de la fundación y Licenciado en Psicología (UBA) y Psicoanalista, Héctor Shalom, expresó su alegría por ser el primer convenio que firman con un sindicato. Durante el reportaje contó los orígenes de la fundación, la historia que tiene la actual casona donde funciona la Casa de Ana Frank y cómo trabaja temas de actualidad con adolescentes.

¿Cómo surge la idea de compartir y hacernos llegar la casa de Ana Frank a la Argentina?

Es la confluencia de dos historias. La casa de Ana Frank en Ámsterdam tiene una afluencia de muchísimo público. Allá por 1990, deciden que si hay tanta gente que va a Ámsterdam, hay muchas más personas en el mundo que no van a poder ir a Holanda y quieren conocer la casa de Ana Frank. Entonces diseñan un museo itinerante. Lo traducen en 30 idiomas y salen a recorrer el mundo. Cuando llegan a la Argentina, yo era Director Ejecutivo de la Sociedad Hebraica. En aquel entonces, me fascinó la idea y logramos, por primera vez, una exposición de Ana Frank en el teatro General San Martín. Continué como voluntario, cooperando con la Casa de Ana Frank de Holanda. En 2006, escribimos un libro que se llamó “Testimonios para nunca más: de Ana Frank a nuestros días”. De esa publicación, un día recibo un llamado de una persona que me dice que tiene una casa inmensa, me invita a tomar un café y me dice que siempre fueron una familia solidaria, que su mujer falleció y, que, si le presentaba un proyecto en línea con el libro, en dos meses se mudaba y nos dejaba la casa. Así fue que recibimos una casona inmensa, preciosa en dos terrenos.


¿Qué significaba una familia solidaria?

Le pregunté y me dijo que siempre que alguien necesitó una habitación o un espacio en esta casa se lo recibía. Incluso, durante la dictadura militar, escondieron gente. Entonces la casa donde hoy se cuenta la historia de una chica escondida en el nazismo, es una casa que también resguardó personas durante el gobierno militar. Es una casa que tiene una mística y que asumió una fuerte responsabilidad durante la dictadura.  


¿Por qué cree que la historia de Ana Frank interesa tanto en todo el mundo?

Es una pregunta que nos hacemos todo el tiempo. Por un lado, el diario se publica en 1947, o sea dos años después de terminada la Guerra. No había mucha literatura sobre la Guerra. Más, mucha gente no quería hablar de la Guerra, mucho menos testimonios. El Diario de Ana Frank fue casi el único testimonio escrito de una víctima de la Guerra. Los sobrevivientes comenzaron a hablar y escribir testimonios 40 años después. Ellos decían que no querían que sus hijos escucharan del horror, tenían miedo. Por múltiples factores y por muchos años, el Diario de Ana Frank fue casi el único testimonio existente, era el único escrito durante la guerra.  


Encima el detalle que quién lo escribió era una adolescente…

Por un lado, quien lo escribe es una adolescente de 13 a 15 años; escribe sobre las cosas que le pasan a los adolescentes hoy en día: Peleas, celos, amores, desamores, su primer beso; es decir, muchos adolescentes que hoy leen el Diario en muchos lugares del mundo sienten que le pasan muchas cosas parecidas. Tiene una vigencia muy interesante. Por otra parte, escribe de sus miedos, mucho de sus ideales y tiene una mirada positiva del hombre y del mundo. Cree en la bondad del hombre; dice, tiene un lugar muy interesante en los jóvenes. Que los jóvenes tenemos que sostener bien alto nuestros ideales porque en tiempos difíciles es cuando más hay que mantenerlos. Habla de la mujer y tiene un discurso de género sumamente interesante para una chica de trece años del año 1943. Con su frescura adolescente y un estilo –como las cartas- que atrapa. Además, contribuye un elemento que es la fotografía. El padre, Otto, era un aficionado a la fotografía. Entonces, hay muchísimas fotografías de Ana Frank. Hay una foto del día que nació en el hospital, algo inusual en el año 1929. Tenemos el Diario y las fotos de ella.  


Hay un documental en Netflix que se llama “Descubriendo a Ana Frank: historias paralelas”, con la actriz alemana Helen Mirren. ¿Qué le pareció?

Es excelente, porque por un lado está la emoción de Helen Mirren. Pero también hay una adolescente que va recorriendo los lugares. Entonces, se pueden ver qué cosas le producen a una adolescente de su misma edad los textos de Ana Frank. Hay otros sobrevivientes, hay cinco historias; es un documental muy bien hecho y recomendable. Incluso, está la aparición de algunos historiadores que generan algunas afirmaciones interesantes en relación al nazismo y la actualidad.  


Con respecto a esto último que usted decía, en relación a la vigencia del nazismo en términos ideológicos en la actualidad, ¿cómo puede trabajarse y articularse para disminuir los índices de discriminación y esta problemática a nivel mundial?

Yo creo que en principio necesitamos deconstruir el nazismo, especialmente cuando se habla de Nunca más; es bueno preguntarse “nunca más” a qué. Porque, por supuesto, es inimaginable que vuelvan a haber cámaras de gas o crematorios. Lo que está en el centro de la discusión es el odio racial y la persecución, y hasta asesinato por odio racial. Para mí, lo más importante es no tener miedo a comparar el odio racial existente durante el nazismo a los odios raciales existentes en la actualidad. Es sumamente importante entender que el nazismo fue una escuela que le enseñó al mundo cómo discriminar, cómo demonizar y cómo construir una imagen social demonizada.  


¿Qué coincidencias encuentra entre el nazismo y la dictadura?

Vamos a encontrar una coincidencia en el lenguaje: transporte, grupo de tareas, etc. Hay un lenguaje copiado de forma directa del nazismo. Lo primero que hace el régimen nazi es incendiar el Parlamento. La dictadura argentina lo primero que hace es suprimir los partidos políticos y cerrar los sindicatos. La creación de espacios clandestinos de detención tiene la estructura de los campos de concentración. Los mecanismos con que se apropiaban los bebés. Y otros aspectos estratégicos: por ejemplo, los episodios de secuestro o persecución se hacían al aire libre, a la vista de todos, porque no solo había que secuestrar, sino que había que hacerlo visible. Parte de la estrategia era que sean vistos para crear pánico. Después tenemos otras experiencias con el paralelismo de los Juegos Olímpicos de Berlín, en 1936, y el Mundial ‘78, como deporte para ocultar al mundo.  


¿Ve actualmente un proceso que pueda terminar en esto?

Cuando uno analiza los orígenes del nazismo tenía que ver con la crisis económica que genera el Tratado de Versalles. Entonces hubo un fuerte empobrecimiento de la sociedad alemana y un enorme crecimiento de la desocupación. Fenómenos que uno puede encontrar en la actualidad y que coincide con la dictadura. Esto llevó la tensión social y nada mejor que aplacarla que con los regímenes militares.  


Si las crisis económicas fueron el origen, ¿cree que la Pandemia puede fortalecer esas ideologías?

Puede ser un recurso para el fortalecimiento de ciertas figuras autoritarias, por llamarlas de alguna manera. Esto va a hacer crecer la xenofobia y ante la escasez de trabajo, generar el odio. Hay una preocupación de cuánto la crisis que va a generar la pandemia puede devenir en el fortalecimiento o en el surgimiento de movimientos xenófobos. Es una preocupación y hay que estar alerta.  


¿De qué manera se está trabajando?

Para nosotros, obviamente, la herramienta más importante sigue siendo la educación y la sensibilización y a eso nos dedicamos. Y por eso celebramos este acuerdo, con el objetivo de sumar personas que puedan reflexionar sobre los mecanismos de la discriminación, de la violencia, los prejuicios; ahí estamos como Centro Ana Frank generando acciones importantes. Recorremos el país y, ojalá, con ustedes podamos volver a recorrerlo, convocados por la historia de Ana Frank generando reflexión sobre la discriminación en nuestros días. Para nosotros, el eje es analizar qué tipo de prejuicios tenemos y cómo trabajar sobre ellos, qué otros fenómenos generan violencia y qué aspectos desencadenan prejuicios que devienen en violencias. Con el fin de destrabarlos y convivir con la diversidad.  


Usted recién se refirió a los mecanismos de discriminación, ¿cuáles son los principales transmisores de esa ideología discriminatoria en la actualidad?

En principio, el prejuicio es una construcción que viene generada con intencionalidades ideológicas, motorizadas por los medios; tiene que ver con un eje central: encontrar los culpables de los males. El prejuicio les roba a las personas la libertad de ser quiénes quieren ser. Si construyo esa idea, la generalizo y se asienta en la sociedad; genera que las personas actúen frente a ello con prejuicios.


¿Qué significó para usted que se apruebe la ley 26809/12?

Que se reconozca el natalicio de Ana Frank (12 de junio) como “El día de los adolescentes y jóvenes por la inclusión social, la convivencia contra toda forma de violencia y discriminación” a través de la ley 26.809/12 fue muy importante. Y más aún porque a raíz de eso, el Consejo Federal de Educación lo incorporó al calendario escolar. Entonces todos los 12 de junio se hacen actividades en las escuelas vinculadas a la construcción de la convivencia en la diversidad. Con este trabajo se puede distinguir qué tipo de prejuicios tenemos, cómo trabajar sobre ellos y qué otros fenómenos generan violencia. Y así reconocer qué aspectos desencadenan prejuicios que devienen en violencias, cómo destrabar los prejuicios preexistentes y trabajar en convivir con la diversidad.  


En relación a las visitas guiadas que realizan actualmente a través de Zoom, ¿qué similitudes pueden encontrar los visitantes entre el museo de Ámsterdam y el de Buenos Aires?

Nosotros, en principio, todo lo que hace la historia de Ana Frank, tenemos un cuerpo que se pone en juego en las visitas, con imágenes y documentos sumamente interesantes. Quien haga una visita, podrá ver una recorrida por los espacios físicos, filmados, de recorrido por el anexo (el escondite), va a tener la posibilidad de compartir un testimonio con Miep Gies, la protectora que encontró el diario, un pequeño testimonio de Otto Frank; hay mucho de los que tiene la casa de Ana Frank original. Pero, a su vez, le agregamos un desarrollo conceptual que tiene que ver con nuestro país: hay un pequeño paso por la Argentina de búsqueda de nietos de abuelas, pero todo el segundo bloque (la visita son dos bloques de 40 minutos). La segunda, trabajamos sobre un bloque que hemos hecho sobre los cuatro roles en toda situación de discriminación y violencia, que son: víctimas, victimarios, observadores pasivos y protectores. La historia de Ana Frank es la de una víctima que pudo escribir porque hubo protectores. Hay un peso de la responsabilidad de los protectores muy importante. Trabajamos también sobre estos roles en la pandemia y en la argentina de hoy. Terminamos reflexionando sobre acciones de inclusión y acciones de exclusión en la pandemia. La visita está muy bien diseñada, y es posible interactuar con guías en vivo. Hay horarios de visita.


¿Qué importancia tiene para la Casa de Ana Frank el convenio firmado con UTEDYC?

Es una experiencia inédita ya que es la primera vez que tenemos un convenio con un sindicato. Para nosotros es un logro muy importante, porque significa tener la capacidad de construir alianzas. En este caso nos une con UTEDYC una historia de muchos años, pero, sobre todo, se ha logrado una alianza rica para que los afiliados puedan tener facilitado el acceso a cosas que son buenas, que les hacen bien; tenemos una visión positiva. Es un desafío sacarle al horror una construcción esperanzadora. Estamos convencidos que esta visita genera impactos interesantes. Y ojalá que la post pandemia nos permita hacer otras cosas. Cuando nosotros vamos con una exposición itinerante y, ojalá las próximas puedan ser en seccionales de UTEDYC de diferentes provincias, convocamos a adolescentes voluntarios que se capacitan para ser guías y después guían en cada ciudad. Nos imaginamos que puede ser una muy linda experiencia que adolescentes, hijas e hijos de afiliadas y afiliados, sean los que se forman como guías para contar estas historias sobre la construcción de convivencias.


¿Estaríamos en condiciones de adelantarles a los afiliados de todo el país que el museo itinerante de la Casa de Ana Frank va a estar por sus Seccionales?

Absolutamente. Para nosotros va a ser un placer estar en cada seccional, capacitando a los adolescentes que se acerquen.  


Para saber más sobre los descuentos en las visitas guiadas por ser afiliada o afiliado de UTEDYC preguntá en tu seccional. Para consultar por horarios de visitas y reservas: http://centroanafrank.com.ar/

Museo Ana Frank

Museo Ana Frank

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Héctor Shalom