Publicación de la Unión Trabajadores de Entidades Deportivas y Civiles
Secretaría de Prensa y Propaganda Nacional
Entrevista al Ministro de Educación de la Nación, Nicolás Trotta.

“La inversión en educación es prioritaria y debe ser política de Estado”

En diálogo con Revista 5/02, el abogado, docente universitario y periodista, se refirió a actualidad y a la importancia de crear un consenso social para la continuidad educativa y pedagógica. Nicolás Trotta, subrayó que, como espacio de creación colectiva de conocimiento, la escuela es irremplazable.

¿Cómo evalúa la educación pública argentina? ¿Qué se puede hacer para mejorarla?

Nuestras instituciones educativas deben enfrentar problemas diversos en una Argentina atravesada por la desigualdad: la infraestructura escolar, el acceso al agua potable, a la conectividad, a las tecnologías de la información y a la capacitación docente, entre otros. Por ese motivo, desde el Ministerio de Educación Nacional trabajamos construyendo consensos y dialogando con todos los actores de la comunidad educativa y con las 24 jurisdicciones. Trabajamos para democratizar el acceso a la educación en todos los niveles de nuestro sistema educativo. Cuando comenzamos la gestión, el Presidente, Alberto Fernández nos pidió que trabajáramos para garantizar el acceso a una educación transformadora, que elimine la profunda inequidad que transita la Argentina y haga de las escuelas el espacio de ruptura de las desigualdades que enfrenta nuestro país.

Hoy la pandemia nos plantea nuevos desafíos y nos exige repensarnos. Por eso, es fundamental poder robustecer el debate, sobre todo en lo referente a los procesos de evaluación y de acreditación de saberes. Y es fundamental trabajar en el cómo será la vuelta física a las escuelas.

La escuela no escapa a la realidad socio-económica del país, que está marcado por una profunda desigualdad. Con el surgimiento de la pandemia, esas dificultades se hicieron más visibles, pero lo que también se tornó evidente es la capacidad del Estado para hacerle frente a la realidad que hoy nos toca transitar. Cada vez que existe un problema en la sociedad, todos miramos a la escuela. Si le exigimos tanto, le tenemos que dar mucho más. En este sentido, es fundamental mantener los procesos de inversión independientemente del gobierno; se trata ni más ni menos que de cumplir las leyes vigentes en la actualidad. La inversión en educación es prioritaria y debe ser política de Estado. Sólo a través de una continuidad en la inversión y en las políticas implementadas, vamos a lograr una educación inclusiva y de calidad.


¿Qué debe suceder para que vuelvan las clases?

Estamos trabajando no sólo en el cuándo, sino en el cómo van a volver las y los estudiantes a las escuelas. No se puede imaginar en el corto plazo una escuela con las mismas características que tenía hasta marzo de este año. Tenemos la expectativa de la vuelta presencial en un escenario posible durante agosto, después del receso invernal. Se trata de un escenario que aún no está confirmado porque tenemos incertidumbre de qué sucederá tras la apertura de la economía. Para poder analizar la vuelta a clases, el Ministerio de Educación institucionalizó, a través de la Resolución 423, el Consejo Asesor para la Planificación del Regreso Presencial a las Aulas, un órgano de carácter multidisciplinario y consultivo que viene desarrollando los protocolos para evitar nuevos casos de COVID-19 en la comunidad escolar, y los procedimientos a aplicarse en caso de que se presente contagio en alguna institución del país. Poniendo en valor las experiencias de otros países, el Consejo está analizando todas las alternativas y trabajando en la creación de esquemas escalonados para garantizar el distanciamiento social y la protección de las y los estudiantes, docentes y familias al momento del retorno a las escuelas. Todavía quedan medidas por definir como, por ejemplo, la entrada a las instituciones, el trabajo en las aulas y el uso de espacios comunes, como los patios. Debemos evaluar el impacto epidemiológico, porque volver con normalidad a las escuelas y las universidades es movilizar a casi 15 millones de personas.


Ud. dijo que la educación va hacia un esquema dual que alterne clases con aprendizaje en casa, ¿cómo se puede llevar a cabo en un país en donde todavía hay zonas que no tienen conexión a internet o no disponen de los recursos económicos para acceder?

Uno de los escenarios posibles es que la educación vaya hacia ese esquema dual. Para poder cumplir con esa dinámica, estamos trabajando en el diseño de una plataforma federal que permita dar respuesta a los desafíos que se están transitando y refuerce el trabajo en aulas virtuales y el vínculo con los docentes, no sólo para este contexto de pandemia, sino también para el futuro. No se trata sólo de brindar contenido, sino que esta plataforma busca la gratuidad en toda la navegación y el uso de las diferentes herramientas que pueda necesitar la comunidad educativa, como puede ser un canal de mensajería, de videos y la descarga de documentos sin consumo de datos, entre otros.

Mientras avanzamos en la concreción de esta plataforma, como respuesta inmediata al contexto excepcional actual, mediante un acuerdo con el Ente Nacional de Comunicaciones (ENACOM), se coordinó la gratuidad de la navegación en la plataforma educativa seguimoseducando.gob.ar, en las plataformas educativas provinciales y de las universidades nacionales, desde todos los teléfonos móviles -sean prepagos o mediante abono- con todas las prestadoras.

Además, continuamos trabajando en el plan de conectividad diseñado por la cartera educativa y la distribución de computadoras. Con el objetivo de integrar y brindar acceso a la tecnología a todas las niñas, niños y adolescentes de la Argentina, trabajamos en la implementación del Plan Juana Manso. Creemos que es fundamental no sólo reactivar la industria de la computación para garantizar puestos de trabajo, sino ponerla al servicio de la educación de nuestro país. Llevar la tecnología a los hogares es fundamental, porque, como herramienta -y no como fin por sí mismo-, permite la producción y apropiación del conocimiento no sólo por parte del estudiante que la recibe, sino de toda su familia.

Por otra parte, llevamos adelante una agenda analógica para enfrentar esta situación. Se producen diariamente 14 horas de televisión y siete de radio clases, abarcando todos los niveles. También aseguramos la producción y distribución de material impreso para las comunidades educativas sin acceso a internet, priorizando a aquellas en situación de aislamiento, ruralidad y contextos de alta vulnerabilidad social. Llevamos entregados más de 24 millones de cuadernos (vamos por la cuarta serie) para que todos los niños, niñas y adolescentes tengan continuidad pedagógica, independientemente del contexto en el que están inmersos.


¿Qué opinión tiene de la Educación Sexual Integral (ESI)? ¿Ve viable la posibilidad de implementarla próximamente en los colegios?

Es una decisión de esta gestión el cumplimiento de la Educación Sexual Integral (ESI). Por ese motivo, hemos creado una dirección que asume la responsabilidad de su aplicación. Nuestro deber primario es cumplir la ley, en diálogo con todos los actores del sistema. Estamos trabajando algunas cuestiones vinculadas a contenidos y políticas culturales que cruzan tanto educación como género y políticas de igualdad en ámbitos educativos.

Aún sin clases presenciales, los contenidos de ESI se siguen impartiendo a través del programa Seguimos Educando. En los programas de televisión, hay abordaje de temas de la ESI, sumado a un conjunto de acciones que tiene que ver con visibilizar y sostener la transversalidad. A su vez, en todos los cuadernos hay actividades propuestas sobre el tema y hay un apartado en el portal para las y los estudiantes, familias y docentes.  


¿Qué objetivos se planteó como Ministro de Educación de la Nación?

Desde que comenzó la gestión, creemos, junto con el Presidente, en la educación como herramienta de transformación, capaz de romper con las iniquidades de nacimiento. Desde la educación, trabajamos para eliminar las desigualdades que caracterizan a nuestro territorio y para democratizar el conocimiento. Mi objetivo es trabajar para lograr una educación igualitaria que incluya a todas las niñas, niños y adolescentes del país, más allá del lugar donde se encuentren.

Para ello, es fundamental repensar nuestra escuela como un espacio donde podamos reconstruir el vínculo con la familia y la escuela, los docentes con los estudiantes, y de profundizar la educación.


En algunas oportunidades Ud. ha nombrado el concepto de “pobreza estructural” que tiene el país, ¿a qué se refiere?

Suelo decir que no hay mejor política pública social que el empleo de calidad, pero la pobreza estructural demanda un Estado inteligente con mucha presencia en el campo educativo, sanitario y en la infraestructura. Eso lleva tiempo y es parte del desafío que se tiene, en un país que es profundamente desigual.


¿Cómo evalúa el rol que llevan a cabo aquellos sindicatos que, entre sus actividades, cuentan con capacitación y formación profesional para sus trabajadores?

Sabemos de la importancia de la formación docente continua, jerarquizando el rol de las y los maestros en la elaboración de mejores estrategias pedagógicas y en la producción de los recursos necesarios para desarrollar procesos de enseñanza y aprendizaje de calidad. Por ese motivo, celebro que los sindicatos también puedan aportar diferentes herramientas de capacitación, sobre todo en este momento excepcional.

Para el Gobierno, dialogar con los sindicatos docentes siempre es algo positivo. En la última reunión con los representantes gremiales, discutimos cuestiones que no sólo tienen que ver con lo salarial, sino también con las condiciones de trabajo y la formación profesional que, obviamente, son parte de la paritaria, porque para nosotros la paritaria sigue abierta.

El contexto de la pandemia ha puesto en evidencia el valor de la experiencia del Instituto Nacional de Formación Docente (INFoD), dependiente del Ministerio. Se han construido propuestas de capacitación ad hoc para contemplar necesidades de docentes de todo el país, muchos de los cuales no estaban en condiciones de afrontar la virtualización. La brecha de acceso a dispositivos tecnológicos por parte de docentes y estudiantes, así como de disponibilidad de conectividad real y accesible, se planteó inmediatamente como problema. Para ello, ha sido necesario establecer pautas de uso de los campus y aulas virtuales, así como señalar la importancia de otorgar facilidades de acceso a datos por parte de la comunidad educativa. Hablamos de un incremento en la demanda y exigencia del servidor del INFoD del 1333 por ciento.  


¿Cuál es la metodología que se está pensando para acreditar los conocimientos del año lectivo 2020?

Para nosotros es muy importante evaluar. Lo que sí creemos es que esa evaluación no debe estar expresada en términos de escala valorativa. Desde el Ministerio de Educación realizaremos una evaluación nacional para conocer cómo se desarrolla la continuidad pedagógica durante la pandemia y planificar el regreso a las aulas. Con la finalidad de brindar evidencias para la planificación del retorno a clases presenciales y la reorganización de las actividades educativas, se desarrollará, durante junio y julio, una evaluación que incluye una encuesta a 30.000 directivos y docentes de todo el país. También serán consultadas 2.800 familias sobre las actividades realizadas desde sus casas durante el período de aislamiento.

Asimismo, es importante resaltar que el docente evalúa todo el tiempo al estudiante, pero no debe ser exclusivamente en términos de calificación, de poner una nota. Es por eso que, en este contexto, consideramos que no es un buen momento para calificar, ya que no se estaría evaluando el aprendizaje de la niña o el niño, sino su realidad socio-familiar. Teniendo en cuenta todas las consideraciones antes mencionadas, el 15 de mayo se dispuso, a través del Consejo Federal de Educación, que no habrá calificaciones numéricas en el territorio nacional durante este contexto de excepcionalidad. La evaluación durante este periodo será de carácter formativo y tendrá por propósito retroalimentar el proceso de aprendizaje, adaptar contenidos y hacer devoluciones orientativas a las y los estudiantes y a las familias.

Hoy, la pandemia nos plantea nuevos desafíos y nos exige repensarnos en una Argentina muy diversa, atravesada por la desigualdad. Por ese motivo, la metodología para acreditar los conocimientos tendrá que acompañar a la realidad de los estudiantes.