Publicación de la Unión Trabajadores de Entidades Deportivas y Civiles
Secretaría de Prensa y Propaganda Nacional
#UTEDYCenVIVO

Felipe Pigna: "A veces no nos damos cuenta de la importancia que tiene el gremialismo en la Argentina"

El miércoles 2 de septiembre, a través de Zoom y Facebook Live, afiliadas y afiliados de todo el país accedieron a una nueva edición de #UTEDYCenVIVO. La temática abordada fue: “Un recorrido por la historia del movimiento obrero argentino”.

La presentación estuvo a cargo de Enrique Fernández, Secretario de Formación y Capacitación Profesional Nacional, quien, en nombre de la Conducción Nacional, subrayó la amplia convocatoria y el aporte de este conversatorio virtual de alcance federal. Acto seguido, tomó la palabra el reconocido Historiador, Profesor y Escritor, Felipe Pigna.

A través de una clara disertación, Pigna realizó un minucioso recorrido histórico del Movimiento Obrero Argentino, al que consideró como “el más importante de América Latina”. Sus comienzos fueron en la década del noventa del siglo XIX, “con la llegada de los inmigrantes perseguidos por sus ideas: los anarquistas, los socialistas republicanos y los liberales”.

En este línea, consideró que estos primeros movimientos de los trabajadores “estuvieron relacionados con la fundación de sociedades de resistencia” y resaltó el rol de las organizaciones tipográficas y del gremio de panaderos, de carácter anarquista: “Este gremio hizo algo muy interesante, como lo fue la creación de los nombres de las facturas que consumimos cotidianamente. Lo hizo con un sentido irónico y de combate frente a los enemigos principales que eran la Iglesia, el Estado, la Policía y el Ejército. Por ese motivo, existen los suspiros de monja, los sacramentos, los cañoncitos y los vigilantes. Fueron cuestiones que formaron parte de un elemento de propaganda llevado a un nivel popular”.

Por otro lado, destacó la potencia del movimiento anarquista, el cual llevó adelante las primeras huelgas en nuestro país: “la primera fue de los tipógrafos y luego se fueron sucediendo movimientos hasta la conformación de una especie de agrupación. Planteaba al Estado como enemigo y que las formas de acción eran las huelgas, la resistencia, la conformación de sindicatos y de centros culturales, con un primer período que concentró casi a la totalidad de los anarquistas, en 1897”. Asimismo, valoró al primer periódico femenino anarquista de América Latina y uno de los primeros del mundo, llamado La voz de la Mujer, dirigido por Virginia Bolten, a quien definió como una “extraordinaria militante sindical trabajadora” de las refinerías de Rosario.

Paralelamente, narró el historiador, se fundó el Partido Socialista, que tuvo dos etapas históricas: en 1894 con el lanzamiento de La Vanguardia, un diario moderado; y dos años más tarde, con la fundación del Partido Socialista Obrero Argentino, que luego se transformó en el Partido Socialista: “Su fundador fue Juan Bautista Justo, un médico con mucho conocimiento del marxismo, que planteó varias acciones concretas como la creación de cooperativas, el hogar obrero y créditos para la vivienda, entre otros. Este partido tuvo su clientela política y sindical en los gremios especializados: tipógrafos, periodistas y médicos, entre otros”.

A continuación, Pigna se refirió a la creación de la primera central obrera argentina, la Federación Obrera Argentina (FOA), en 1901, que fue legitimada de manera conjunta por los anarquistas y los socialistas, pero que se disolvió un año más tarde por las fuertes diferencias ideológicas. De esta manera, surgieron la Federación Obrera Regional Argentina (FORA), de carácter anarquista, y, por otro lado, la Unión General de Trabajadores (UGT), de pensamiento socialista. “Ambas se mantuvieron separadas, salvo en alguna ocasión especial que requiriera unidad. En 1902 fueron muy importantes, teniendo en cuenta que en ese momento gobernaba Julio Argentino Roca, el gran conquistador del Desierto, autor del genocidio contra los pueblos originarios. Alguien que tenía una alta conciencia de la importancia del poder del Estado, con un discurso liberal, pero con una práctica altamente conservadora y estatista en un sentido regresivo. Es decir, que consideraba fundamental el control del aparato del Estado para una redistribución regresiva de los ingresos, del manejo de los impuestos, de las rentas, de las obras públicas, de la Justicia, en beneficio de los grandes propietarios. Y también con leyes represivas, como lo fue la Ley de Residencia (2144), que establecía que los extranjeros llamados ‘indeseables’ podían ser expulsados del país, que contradice al Preámbulo de la Constitución Nacional”, agregó.

Más tarde, Pigna hizo referencia a la “primera década heroica del movimiento obrero”, relacionada con las grandes movilizaciones que reivindicaban al 1º de mayo, en homenaje a los mártires de Chicago, a los anarquistas que lucharon por las jornadas de ocho horas y que fueron condenados a muerte en 1886. “A partir de 1890 se empezó a recordar esa fecha y luego las conmemoraciones fueron masivas”, completó.

Ya en 1907, sucedió un acontecimiento extraordinario, donde se vio la potencia de la mujer y de los niños anarquistas, que llevaron adelante la huelga de inquilinos, en respuesta a las injusticias y a los altos precios de los alquileres. Esa huelga, que tuvo grandes referentes como Juana Rouco y Miguelito Pepe, de 14 años de edad, “paralizó las ganancias de muchos capitalistas de Buenos Aires y fue violentamente reprimida por el Coronel Ramón Falcón, quien también se destacó por la represión en la manifestación del Día Internacional del Trabajador de 1909, en la que más de treinta personas perdieron la vida”. En aquel entonces, gobernaba José Figueroa Alcorta: “Falcón no solo no fue sancionado, sino que fue felicitado en la Casa Rosada. Entonces, un grupo de anarquistas decidió hacer justicia por mano propia y se produjo el atentado de Simón Radowitzky contra Falcón”.

Por otra parte, explicó que la corriente anarquista perdió fuerza cerca de 1919 y calificó como contradictorio al gobierno de Hipólito Yrigoyen debido a que “fue el primero en recibir al movimiento obrero, pero, por otro lado, fue uno de los más represivos. Es necesario recordar la Semana Trágica, donde entraron en acción grupos paramilitares como la Liga Patriótica Argentina, las huelgas de la forestal y de la Patagonia. Hubo 1500 fusilados en Santa Cruz. En ese momento, se produjeron cambios importantes en la conformación del movimiento obrero. Creció mucho más la fábrica que el taller y apareció una clientela más cercana a las nuevas corrientes sindicales. El Partido Socialista Internacional, que se creó en 1918, le quitó mucho lugar al anarquismo”.

Luego, a partir de 1930, tuvo lugar la Década Infame, con el gobierno Cívico-Militar encabezado por José Félix Uriburu, acompañado por el Vicepresidente Enrique Santamarina, “nada más y nada menos que el Presidente de la Sociedad Rural y de varias sociedades anónimas”. Ese gobierno consideraba como un gran enemigo a los trabajadores, anuló las personerías jurídicas de los gremios, y persiguió, torturó y fusiló a una gran cantidad de anarquistas. “El movimiento obrero reaccionó, conformando una unión de las centrales que estaban dispersas, que eran la USA (Unión Sindical Argentina), la COA (Confederación Obrera Argentina) y la FORA 9. Esos agrupamientos derivaron en la creación de la Confederación General del Trabajo (CGT). Fue una década tremendamente trágica pero de gran heroismo para el movimiento obrero, especialmente a partir de 1934 y 1935 con las grandes huelgas. El anarquismo fue perdiendo peso dentro de ese contexto”.

Años más tarde, el 4 de junio de 1943, tuvo lugar un hecho histórico, con un nuevo golpe de estado. En ese escenario, surgió la figura del Coronel Juan Domingo Perón, “quien llegó con ideas muy renovadoras en términos sindicales”. Perón, que era muy importante dentro del GOU (el grupo que tomó el poder en ese año), ocupó la Secretaria de Trabajo y Previsión. Es decir, un cargo vinculante con el movimiento obrero y los gremios: “Allí, junto a grandes referentes como Domingo Mercante, comenzó una enorme tarea de captación y cooptación, en un momento decisivo y particular, enmarcado por la Segunda Guerra Mundial, donde las dirigencias socialistas y comunistas priorizaban la exportación a los países beligerantes sobre las condiciones de los trabajadores. Esto fue muy bien aprovechado por Perón, sosteniendo que iba a ser el primero en defender a los trabajadores. Varios dirigentes socialistas, comunistas y anarquistas, pasaron a las filas del peronismo”.

En este sentido, resaltó el rol de los "nuevos obreros", quienes, en palabras de Portantiero, son los migrantes de la década del ‘30, que debieron abandonar el campo e instalarse en la ciudad en búsqueda de oportunidades. Fueron muy importantes, especialmente en 1945, con el apoyo al General y manifestándose en contra de los sectores de la oligarquía. En ese entonces, Perón realizó una estrategia política bajo la consigna “Braden o Perón”, diferenciándose del embajador norteamericano. “El movimiento obrero captó esa señal y llevó a que se produzca una admiración muy importante por parte de las masas, que más tarde protagonizaron una jornada histórica como la del 17 de octubre, el Día de la Lealtad Peronista”, expresó Pigna.

Este movimiento obrero depositó a Perón en el poder en febrero de 1946 por vía legal y electoral, después de 16 años de proscripción: “Comenzó una etapa de crecimiento del movimiento obrero. Llegamos a tener una central obrera con más de cinco millones de afiliados. Hubo un gran crecimiento del poder sindical. Se produjo la apropiación y el empoderamiento de los gremios con sus campos de deportes y clínicas. Fue una década muy interesante, con un personaje central como Evita, que resultó ser un núcleo entre Perón y los sindicatos. También por el rol de la mujer y lo que significaba en ese entonces. La candidatura de Eva fue propiciada por la CGT, pero las Fuerzas Armadas y la Iglesia se opusieron. Su renunciamiento del 22 de agosto de 1951 fue el acto más grande de la historia latinoamericana”.

Para el escritor, “lo que nunca le perdonaron al peronismo fue la redistribución progresiva del ingreso” y por ese motivo, sobrevino la reacción conservadora con el golpe del año 1955. “A partir de entonces, se produjo una verdadera regresión, como siempre ocurre con los modelos liberales o neoliberales. Lo primero que se ataca es al salario y al poder sindical. Se persiguieron trabajadores y hubo más de 4900 delegados que fueron sancionados, despedidos, encarcelados, torturados y fusilados. El país ingreso al Fondo Monetario Internacional (FMI), con todo lo que ello implica: contención salarial acompañada con liberación de precios, incremento impositivo, baja del consumo interno, y liberación de saldos exportables, con la idea de pagar las deudas que se tomaban con los acreedores de los organismos financieros mundiales. En ese escenario, prosiguieron los años de lucha, que llevaron el sindicalismo peronista y la resistencia. Fueron momentos realmente muy duros. Y no hay que olvidarse del decreto 4151, que prohibía nombrar a Perón, a la marcha peronista y las fotos de Evita. Ese decreto fue, en realidad, la partida de nacimiento de la resistencia, que, a partir de ese impedimento, se incrementó”.

En los años 60’, señaló Pigna, hubo una diversificación dentro del movimiento obrero: una resistencia del sindicalismo peronista y otra clasista, que se dio fundamentalmente en Córdoba, donde se daba el desarrollo de la industria pesada, como por ejemplo la automotriz, con trabajadores especializados, muchos de los cuales eran universitarios. En ese escenario, se dio el surgimiento y la consolidación del clasismo, una corriente de izquierda del movimiento obrero, con referentes como Agustín Tosco; del lado peronista, con figuras como Elpidio Torres. Todos ellos llevaron adelante al Cordobazo, en el marco de la dictadura encabezada por Juan Carlos Onganía. Este hecho, junto al Viborazo, llevó a la Revolución Argentina a dar paso a las elecciones, que permitieron la vuelta del peronismo al poder. Allí surgió un sindicalismo más complejo, con varias vertientes: una combativa, con líderes como Raimundo Ongaro, y otra colaboracionista o participacionista, con Augusto Vandor como referente: “Ambas se enfrentaron fuertemente y esa división del movimiento obrero se padeció mucho particularmente a partir del golpe del ‘76, que tuvo como víctima al movimiento obrero: cerca del 40 por ciento de los desaparecidos eran trabajadores, dirigentes y delegados gremiales”.

En tal sentido, Pigna consideró que ese golpe, al igual que todos los modelos neoliberales que fueron implementados en la Argentina, tales como el gobierno de Carlos Menem y de Mauricio Macri, se basaron “en la contención salarial, la represión del movimiento obrero, la ilegalización y la persecución de los sindicatos, la descapitalización y la precarización laboral”. Sin embargo, “no quiere decir que sean lo mismo que la dictadura, pero sí que su plan económico tenía los mismos fundamentos”, agregó.

Para concluir su disertación, Felipe Pigna subrayó que el movimiento obrero argentino “siempre ha respondido” en defensa de los trabajadores y ante medidas impopulares, pero que, lamentablemente, “la historia es muy injusta”. A punto tal de no reconocer su resistencia a la dictadura: “Se llevaron a cabo más de 200 medidas de fuerza, sabiendo que regía la pena de muerte, con huelgas históricas como en las plantas automotrices de Ford, Peugeot y Mercedes Benz. A veces no nos damos cuenta de la importancia que tiene el gremialismo en la Argentina, de la presencia sindical tan positivamente instalada en la sociedad civil. Es un dato que siempre le ha molestado al poder y que hay que cuidar, porque no hay derechos adquiridos. Los derechos se defienden todos los días”.

Luego, se abrió el habitual espacio abierto a la audiencia, en el cual se ampliaron los distintos conceptos desarrollados durante la jornada.

La próxima edición de #UTEDYCenVIVO tendrá lugar el jueves 10 de septiembre a las 19. Contará con la presencia de Ornella Infante, Directora de Políticas contra la Discriminación del Instituto Nacional contra la Discriminacion, la Xenofobia y el Racismo (INADI), quien disertará sobre “Inclusión y diversidad: Herramientas para la transformación social”.

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