Con esa elegancia característica que le valió el apodo de “Príncipe”, el actual Mánager de River Plate recorre los pasillos del Monumental. Reflexivo, discreto, ídolo. Enzo Francescoli, con tan solo 21 años, cruzó el charco para transformarse en protagonista de la historia más importante del Club Atlético River Plate.
Oriundo de Montevideo Wanderers, un club de barrio, aquel flaco de piernas delgadas arribó al Aeroparque Jorge Newbery acompañado por su padre y su tío sin saber que el destino le tenía guardado un lugar de lujo en la historia grande del museo millonario. “Me impactó mucho y no fue fácil resolver. Empecé a jugar en un club donde tenía figuras que yo miraba por televisión como el Pato Fillol, Tarantini, Merlo, Gallego, Comizzo”, rememoró el Príncipe. Y agregó: “Tuve la suerte de jugar casi para dos generaciones. Eso me permitió un afecto en la gente mucho mayor y un reconocimiento tan amplio que hoy perdura. Por todo lo que me ha tocado vivir, he sido un elegido en River”.
“La copa Libertadores del ‘96 tiene un significado especial. No solo porque la jugué, sino porque la busqué. Yo quise volver para ganar la copa, para continuar algo que había quedado trunco y tuve la suerte que funcionó mejor de lo que esperaba. Porque encontré una camada de jugadores fantásticos, jóvenes, con muchas ganas y pudimos lograrlo”, recuerda el capitán de aquella noche consagratoria frente al América de Cali.
Lejos de aquella pirueta extraordinaria que perdura en la memoria de los hinchas ante la selección de Polonia en un amistoso jugado en Mar del Plata, entre los 126 goles que convirtió con la camiseta de la banda, Enzo, eligió “el gol que le hice a Argentinos Juniors de local en un 5-4. Y, en los 90, el que le hice a Talleres de cabeza. Porque, más allá que nunca fui un gran cabeceador, ese gol nos permitió ganar e ir a la cancha de Boca con cierta tranquilidad, ganar y ser campeón”.
El actual Mánager de River describió como excelente la relación con los trabajadores de UTEDYC: “Uno tiene mayor vínculo con los utileros, sobre todo mucho más ahora que tengo una participación desde otro lugar en el club, entonces los veo más”. Enzo recordó a empleados históricos de ese sector como “Don Salto en los 80, “
Pichi" Quiroga, quien se acaba de jubilar, Tula que sigue aquí. Es lo bueno que tiene River, su estilo. Somos una comunidad que se respeta mucho sobre todo entre trabajadores y contratados -que serían los futbolistas o deportistas-”. Sus palabras quedaron plasmadas en acciones cuando recordó el homenaje por el partido de despedida: “Los invité a todos porque me parecía que era una manera de agradecer a toda la gente que trabaja en el club”.
“Muchas veces los jugadores persisten en algo que después les puede costar la carrera. En la edad más importante se mantienen muchos años en reserva, en inferiores; lo bueno es sincerar esas cosas. Cuando llegamos en 2014 había casi 90 profesionales. Y hubo que ver la manera de reducir el plantel; sin dudas esa fue la parte más complicada”, analizó el actual Mánager de River Plate y principal responsable de la contratación de Marcelo Gallardo. “En la actualidad el club está como siempre soñé. Cada uno ocupa su lugar, todos colaboramos desde el Presidente hasta el utilero. Cada uno en su lugar, sin molestar a otro, contribuye. Así es River y así debería ser un club de fútbol profesional. Teniendo en cuenta que ahí tenemos millones de personas que están pendientes y tienen una pasión por el club”.
Además de resaltar el trabajo en inferiores que históricamente hizo la institución, el ídolo profundizó: “En el contexto que hoy se encuentra la Argentina es muy importante trabajar con las juveniles, tratar de ayudar y de educar. En eso lo ubico al club como un lugar social . Lo bueno que tiene este club es que los chicos que pueden disfrutar, divertirse, jugar y algunos hasta pueden lograr una profesión importante como el caso de Julián Álvarez o Gonzalo Montiel. Lo bueno es que socialmente el club y el colegio son una institución que genera eso: Educación y deporte”.
En relación al crecimiento que ha logrado el fútbol femenino explicó que si bien la Argentina está por un buen camino “las cosas llevan tiempo”. En su charla destacó el proceso evolutivo que ha tenido Estados Unidos transformándose en una potencia mundial y aclaró que: “Dada la condición y pasión que genera, tanto en River como la Selección Argentina, va a ser un fútbol importante”.
Ante la implementación del VAR en el torneo local, Francescoli, fue categórico: “Lamentablemente no es que me agrade, pero la tecnología en el fútbol vino para quedarse. Lo mejor es tratar de adaptarse lo antes posible y cuanto antes lo hagamos todos la vamos a pasar mejor. Lo digo como Mánager del club no como jugador o como hincha porque no creo que sea fácil esperar uno o dos minutos para ver si te cobran el gol o no. Hay que darle tiempo y, seguramente, la gente que trabaja en eso lo haga un poco mejor y con menor carga”.
Desde su retorno en 2014, junto a la incorporación de Marcelo Gallardo, construyeron una dinastía de 14 títulos (entre Copa Libertadores, Sudamericana, Recopa, Suruga -a nivel internacional-, Copa Argentina, Supercopa Argentina, Torneo de la Liga Profesional y Trofeo de campeones -en el plano local-) ante esta seguidilla Francescoli puntualizó: “El desafío es sostenerse. Desde que River resurgió, sobre todo en el aspecto internacional, la obligación es mantenerse. Tener una buena estructura para poder competir, ser reconocido internacionalmente, ser partícipe importante en los torneos que juega, tener jugadores protagonistas en todas partes del mundo. Hay que seguir trabajando para mantenerse en estos niveles porque cuando creés que ya está, te vas a volver a caer”.
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