La contención social y un notable espíritu de vocación se conjugan con el compromiso inalterable de una veintena de trabajadoras y trabajadores de UTEDYC que cada día, en el Barrio Las Tunas, se esfuerzan para que niñas, niños y jóvenes tengan algunas posibilidades de acceder a una mejor vida.
En General Pacheco, pleno Partido de Tigre y conurbano norte de la provincia de Buenos Aires, está el Centro de Apoyo Familiar (CAF) Santa Clotilde. Un lugar donde diariamente acceden más de 400 chicas, chicos y adolescentes no solo para incorporar nuevos saberes en educación integral complementaria, sino para recibir comida y contención.
Este Centro lucha diariamente para mejorar las oportunidades de esa comunidad en dos turnos diferentes (mañana y tarde) y proporciona desayuno, almuerzo y merienda para poder asistir las necesidades alimentarias que atraviesan los chicos. En la actualidad cuenta con distintos niveles: Jardín (3 a 5 años), Apoyo Escolar, destinado a alumnos de entre 6 y 13 años, mientras que en contraturno se proporcionan talleres para adolescentes y adultos.
El equipo de Revista 5/02 fue recibido por Noemí González (Af. 274482), una histórica trabajadora del área de cocina quien, con un amor incondicional, contiene a ese centenar de niñas y niños que se presentan al CAF y recuerda: “Venir y ver que a las 7 y media de la mañana te esperan en el portón... Soy católica y decía a veces ‘el rezar no es todo’ y pensaba qué podía hacer de mi parte para ayudar a los que más necesitan. Las Tunas es un barrio nuevo. Antes se inundaba, era todo de tierra y no había árboles. Cuando empecé, eran todas casitas de chapa y cartón. Ahora se han loteado”.
En cada palabra y acción, Noemí demuestra su vocación por el otro. El desayuno y la merienda que prepara y sirve hacen que los chicos poco a poco, recuperen el color de sus mejillas, al tiempo que las risas se transforman en la música del lugar: “A veces vienen por la copa de leche y la comida del mediodía. Hay chicos con desnutrición y problemas de salud. A ellos les preparamos comida especial. Muchos nutricionistas se han acercado a conocer la institución y he ido a otros lugares a aprender, porque a mí me interesaba cambiar la calidad de la alimentación. Brindamos un almuerzo reforzado porque hay chicos que no cenan”.
Con una mirada transparente y con la emoción a flor de piel, la compañera expresó que trabajar en el CAF es “darle la posibilidad a otro de tener lo que yo le doy a mi hijo. Es un hogar. Que tenga un desayuno, un almuerzo, acompañarlo, darle un estudio y ver que salen de acá con un aprendizaje... Es ayudar y, desde mi lugar de trabajo, aportar un granito de arena. Ver bien a los chicos y a los padres nos llena el alma”.
Noemí, además, manifiesta su compromiso como delegada y resalta la labor de nuestra organización: “UTEDYC nos cambió la vida y la verdad es que estoy orgullosa. Nos categorizaron y lograron que tuviéramos un sueldo digno. Antes no teníamos beneficios y lo que ganábamos muchas veces no nos alcanzaba para el colectivo. Veníamos con grupos de maestras caminando. Y acá se trabaja con el corazón, no podés faltar. En la Seccional de Zona Norte me han recibido como una más de la familia. Siempre que he tenido alguna duda o problema me han acompañado. Durante la pandemia, el gremio también estuvo siempre presente”.
En cada rincón del CAF se respira la solidaridad y el permanente encuentro entre docentes y niños. Mientras colaboraba con diferentes tareas del comedor, Félix Santiago Denis (Af. 328314) conversó con 5/02. Si bien trabaja hace seis años como Profesor de Informática, conoce desde mucho tiempo antes a la institución, ya que fue alumno del Centro. “En todos los trabajos exigen algunos conocimientos sobre computación y tecnología. El objetivo de este espacio es que tengan una base también para poder confeccionar un currículum, porque es muy importante para que puedan empezar a buscar trabajo”, explicó.
“Al trabajar acá, se aprende y se forma parte. Es como mi segunda casa. Es venir con ganas y es muy lindo poder compartir con los chicos las vivencias. Ellos te cambian el ánimo, te hacen reír. Es algo espectacular. Me gusta lo que hago”, agregó Félix al tiempo que se refirió a los valores de quienes forman parte de la vida cotidiana del CAF: “No somos un número más, sino que nos conocemos los chicos, las familias y los docentes. Cuando me enfermaba, por ejemplo, me mandaban mensajes y eso te hace sentir querido. Es mutuo, porque hay que cuidarlos y escucharlos”.
Recorriendo el Centro Santa Clotilde se observan coloridas aulas y una enorme calidez humana. Para Nadia Benítez (Af. 274470), quien en la actualidad trabaja como preceptora en el área de Apoyo Escolar, el CAF “es algo muy propio, muy personal. Hay muchas familias que dicen que les damos más que la escuela en la parte educativa. Una de las condiciones es que, para anotarse en el Centro, tienen que ir al colegio”.
La compañera Benítez lleva adelante una comunicación fluida y directa con las familias y, junto con el Gabinete, se realizan visitas a algunos hogares para asistir, por ejemplo, con alimentos. “Siempre intentamos ayudar... A veces nos cuentan alguna problemática y nos vamos a nuestra casa pensando qué podemos hacer. No es que salimos por el portón y ya nos olvidamos. Es un trabajo de mucho compromiso social. Además de un plato de comida, se les brinda contención”, agregó.
Luego de resaltar su experiencia y los distintos beneficios de la Unión, Nadia Benítez concluyó: “Además de ser compañeros de trabajo, sabemos que somos una familia. Porque así como sostenemos a las familias que vienen, nos acompañamos entre nosotros”.
El Centro de Apoyo Familiar Santa Clotilde se encuentra en el ámbito de representación de la Seccional de Zona Norte de UTEDYC.
Para coordinar donaciones:
Link:
https://cafsantaclotilde.org.ar/como-donar/
Dirección: Freire 3326, Las Tunas, General Pacheco, Tigre. CP (1617). Buenos Aires.
Teléfono: (03327) 443741
Mail:
desarrollodefondos@cafsantaclotilde.org.ar
la Cra. Nadia Benítez
la Cra. Noemí González
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