¿Qué pasó un 16 de junio de 1955?

La mañana del 16 de junio de 1955 transcurría con total normalidad, miles de personas transitaban el centro de la ciudad de Buenos Aires llevando adelante sus tareas diarias. Sin embargo, nadie se imaginaba lo que estaba por venir. Alrededor del mediodía, un hecho cambiaría la historia y produciría uno de los mayores crímenes contra el pueblo Argentino.

Aeronaves de la Aviación Naval atacaron la Plaza de Mayo dejando caer un total de 29 bombas sobre la Casa Rosada y la Pirámide de Mayo con el objetivo de asesinar a quién era el Presidente de la Nación: Juan Domingo Perón.

Una de las primeras bombas impactó sobre un colectivo que transportaba alumnos de una escuela primaria asesinando a 29 personas entre ellas, menores.

Los aviones responsables fueron los llamados Avro Lincoln y Catalinas de la escuadrilla de patrulleros Espora de la Aviación Naval, coordinados por el Almirante Samuel Toranzo Calderón y comandados por el Capitán de navío Enrique Noriega. Además, treinta aviones de la Marina de Guerra y Aeronáutica con pintadas en sus colas (V y X, que significaban “Cristo Vence”), sobrevolaron la plaza de la capital nacional para luego huir hacía Montevideo.

El ataque tuvo objetivos secundarios sobre los que también se arrojaron bombas: la CGT, el Ministerio de Obras Públicas, el Departamento Central de Policía y la residencia presidencial, actual Biblioteca Nacional.

El resultado de este bombardeo perpetrado por la Marina dejó 355 civiles muertos y más de 600 heridos generando el colapso de todos los hospitales.

¿Qué sucedió con los autores de este crimen?

Los cabecillas de la masacre ricibieron la condena de pena de muerte por traición a la patria y, Toranzo Calederón cadena perpetua. Quienes huyeron a Uruguay fueron dados de baja por rebelión. Sin embargo, luego del golpe de estado del ‘55 todos fueron reintegrados a las fuerzas sellando para siempre la impunidad.

El bombardeo a Plaza de Mayo fue uno de los acontecimientos más violentos y atroces de nuestra historia reciente. No debemos olvidarlo para romper el cerco de impunidad que se intentó implementar con los gobiernos de facto que continuaron luego de 1955.