El verano trae consigo días cálidos y muchas oportunidades para disfrutar al aire libre. Sin embargo, la exposición al sol puede poner en riesgo la salud de nuestra piel. Por eso, es fundamental tomar precauciones y adoptar hábitos de cuidado que nos protejan durante esta temporada.
La exposición solar, a través de las radiaciones ultravioleta (UV), puede producir graves daños en la piel. Algunas lesiones aparecen en forma inmediata como las quemaduras y las ampollas. Otras como el envejecimiento prematuro de la piel, las manchas y hasta el cáncer de piel se pueden presentar a lo largo de los años ya que los efectos nocivos de estas radiaciones se acumulan en el tiempo. En cuanto a las medidas de prevención, el protector solar es la más importante y cómo usarlo correctamente también. Por ello, a la hora de exponerse al sol, hay que tener en cuenta:
- ¿Cómo aplicarlo?
Se debe aplicar suficiente cantidad y distribuir de manera uniforme.
-¿Cuándo aplicarlo?
Aplica el protector solar media hora antes de exponerte al sol, incluso los
días nublados.
-¿Cada cuánto aplicarlo?
El protector solar debe renovarse cada dos o tres horas, mientras uno esté
al aire libre. Además, luego de salir de la pileta o el mar, se debe
renovar.
Es importante recordar que el protector solar no es la única herramienta para protegernos del sol. Factores como los horarios y la duración de la exposición, la elección de la vestimenta adecuada y otras medidas también desempeñan un papel fundamental:
Es importante remarcar que la piel tiene memoria. Quemarse varias veces en la misma zona no solo deja huellas visibles, sino que refuerza la necesidad de cuidarla con acciones conscientes, como el uso diario de protector solar y revisiones regulares. Proteger tu piel hoy es invertir en tu salud futura.
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