Publicación de la Unión Trabajadores de Entidades Deportivas y Civiles
Secretaría de Prensa y Propaganda Nacional
Entrevista a Alejandro Maldonado

Un ejemplo de perseverancia, disciplina y respeto por el prójimo

Sensato, humilde, verborrágico y con una mentalidad ganadora que lo llevó a superar todos los obstáculos, el atleta paraolímpico más importante de nuestro país nos cuenta cómo es luchar por un sueño, más allá de las adversidades.

Con la misma velocidad que de chico iba de acá para allá con la silla de ruedas en el Instituto de Rehabilitación Psicofísica del Sur, Alejandro contagia su optimismo. Oriundo de Mar del Plata, ganador de cuatro medallas -entre ellas una dorada- en Lima 2019, es un claro ejemplo de superación. Hace 43 años nació con Artrogriposis Múltiple Congénita (AMC), un síndrome neuromuscular no progresivo que se produce durante la gestación y se hace evidente en el nacimiento. A los diez días, ya le habían practicado dos operaciones para despegarle las piernas del pecho. No iba ser ésa su única batalla.

Nacido en un barrio humilde, con apenas 14 años, su padre sufrió un infarto. Alejandro no dudó y vendió todo el taller de compostura de calzado que se había armado para sustentar a la familia. “No conseguía trabajo porque era discapacitado, y terminé cuidando coches un 24 de diciembre en la esquina del restaurante Chiche en el barrio la Perla, para llevarle el mango a mi viejo. Llegué a tener tanta relación con la gente que, con las propinas, le pude comprar la medicación a mi viejo y, con el tiempo, les terminé la casita”. Luego de un silencio reflexivo, el multicampeón de los 800, 1500 y 5000 metros comparte su lucha y su perseverancia: “tengo 30 operaciones y una amputación del pie izquierdo; llevo mi discapacidad como algo normal. Es mi historia. No lo cuento para dar lástima, sino porque es una historia que me atraviesa y uno tiene que saber qué hacer con ella. El tema es no quedarte anclado en eso y disfrutar la vida. Yo siempre digo que la vida tiene tres días y ya pasaron dos. Tengo tantas cosas por hacer que no puedo perder el tiempo. Pero hay que tener en cuenta que a las oportunidades hay que ayudarlas con laburo, con mucho laburo y esmero”.

Sus comienzos como atleta.
“A los 10 años en el instituto de rehabilitación ya andaba como ‘loquito’ en la silla de ruedas. Miguel Miranda, un guardavidas que trabajaba en el área de recreación y deportes de la institución me descubrió, vio que tenía condiciones y a los 13 años corrí mis primeros 50 metros. Recuerdo que fue en el Torreón del Monje, en una maratón organizada por la APAND, repleta de gente. Tres años más tarde, viajé a mi primer mundial en Berlín, Alemania. Fui como invitado con una silla de ruedas casera que me había hecho la institución, nada que ver a la que tenían los americanos o los alemanes. Para mí, un viaje de semejante magnitud -que no sabía ni lo que era un avión- fue impresionante”. 

En 2011, Alejandro Maldonado se retiró de la actividad deportiva. Durante cuatro años, tuvo un restaurante y una embotelladora de agua mineral, pero la pasión pudo más. Se instaló en Avellaneda, provincia de Buenos Aires; con 39 años y treinta kilos de más, volvió a lo que más le gustaba: el atletismo. “No entraba en la silla de competición, así que me metieron a presión. Me acuerdo que el 2 de enero arranqué con casi 40 grados. Di doce vueltas y media, tomé agua y di de nuevo otras doce vueltas y media. Llegué a meter hasta tres turnos por día. Me costó muchísimo, pero ya tenía en mi cabeza el objetivo de los Parapanamericanos Lima 2019”.

Valores e inclusión.
“Es fundamental la perseverancia, la disciplina y el respeto por el prójimo. Respetar y cuidar a los que están con vos en las buenas y en las malas. He tenido momentos muy difíciles en la vida en los que no la he pasado bien, pero nunca debemos olvidarnos de quiénes nos apoyaron”. Con respecto a la carta que envió el Comité Paraolímpico Argentino (COPAR) en relación al decreto N° 297/20, firmado por (Santiago) Cafiero, que permite la práctica deportiva desarrollada por los 143 atletas argentinos clasificados a los Juegos Olímpicos de Tokio, expresó su apoyo absoluto al COPAR.  “Cuando hablemos de inclusión, hablemos de inclusión de verdad; remarquemos que tiene que existir la ley del deporte con personas con discapacidad. Porque nos llenamos la boca hablando de inclusión y hay edificios que no tiene las rampas adaptadas. No lo digo desde el enojo; me parece que en el decreto lo asesoraron mal”. Cabe destacar que la Comisión de Atletas del COPAR está pensada y conformada en pos de la igualdad de género, con cuatro representantes mujeres y la misma cantidad de hombres.

Futuro inmediato.
Tengo hambre de gloria. El año que viene voy a vivir fuera del país porque me parece que Tokio 2021 va a marcar un antes y un después de mi carrera deportiva. Creo que es el sueño de todo deportista, retirarse por la puerta grande y eso es la medalla dorada de Tokio 2021. Y cuando vuelva, me gustaría, después de 24 años de trayectoria deportiva, aportarles cosas piolas para los pibes y las pibas, transmitirles mi experiencia a chicos y chicas que vienen. Hay un semillero importante y al deporte paraolímpico le va a venir bien.

Mensaje final.
“Lo que tengan ganas de hacer, que lo intenten. Yo intenté correr en silla de ruedas y me fue bien. Nací en una villa y hoy puedo vivir de lo que hago. Porque siempre estoy intentándolo y, a mis 43 años, sigo intentando hacer cosas. Y aprovecho para felicitar a UTEDYC el trabajo incansable que tienen; es impresionante y digno de admirar. La cantidad de cosas que hacen y cómo se preocupan por el trabajador”.