El jueves 30 de julio conversamos con Estela Díaz, Ministra de las Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual de la Provincia de Buenos Aires. Estela Díaz cuenta con una amplia trayectoria en la militancia sindical y política, especialmente, en el área de Género, experiencia que cultivó, entre otros espacios, en la Secretaria de Igualdad de Género y Oportunidades de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA), y desarrolló, sobre todo, en el territorio de la provincia de Buenos Aires. Estos antecedentes le valieron para que fuera nombrada, en diciembre de 2019, para encabezar el nuevo Ministerio de las Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual de la Provincia de Buenos Aires.
Entre los principales objetivos y funciones de este Ministerio se encuentran:
- El desarrollo de políticas integrales para la plena igualdad jurídica, social, económica, laboral, política y cultural entre los géneros;
- La transversalización del enfoque de género en el estado provincial;
- La prevención y erradicación de la violencia por razones de género.
Díaz explicitó su pertenencia política al Frente de Todos, al que describe como un movimiento popular. A su vez, destacó su identificación con el feminismo: “Hay un feminismo popular y potente que lleva adelante una agenda de reclamos vinculada a los derechos de las mujeres en muchos ámbitos (mujeres trabajadoras y sindicalistas), que plantea reconocer y combatir las desigualdades sociales. Es un feminismo al que abrazamos y que debe llegar a la gestión, que tiene mucho arraigo en el trabajo, en los cambios populares, en las ollas y en las comunidades”. En este sentido, resaltó: “Sin justicia social, no hay igualdad de género. Y sin igualdad de género, tampoco hay justicia social”. Estas dos cuestiones deben articularse en todas los ámbitos de la gestión.
En su exposición, Díaz relató cómo las expectativas y proyectos para su área previstas desde la asunción, quedaron interrumpidos por la pandemia y la situación de excepcionalidad: “las secuelas que está dejando en niveles de recesión, de empobrecimiento y de recrudecimiento de las desigualdades son muy fuertes… Desde el Estado se ha puesto el eje en el cuidado de la salud, en el trabajo de la población y en quienes más lo necesitan”.
Más allá de esta situación excepcional, Díaz describió el trabajo que están haciendo desde las diferentes subsecretarías y áreas de su ministerio para contribuir a que el conjunto del gobierno tome la perspectiva de género. No sólo hay un mandato para que se adopte y ahonde este enfoque, sino programas concretos de apoyo a los 135 municipios de la provincia.
Para organizar las distintas actividades y tareas, el Ministerio cuenta con tres Subsecretarías que trabajan articuladamente:
1. Subsecretaría Técnica, Administrativa y Legal;
2. Subsecretaría de Políticas contra la Violencia por Razones de Género;
3. Subsecretaría de Políticas de Género y Diversidad Sexual.
Entre estas actividades se están realizando jornadas de sensibilización en el marco de la Ley Micaela en toda la administración pública. En este tipo de jornadas se generan “diálogos y espacios para seguir trabajando en la post pandemia con todo relacionado a la igualdad y promoción, ya que la situación es muy compleja y necesitaremos mucha más fuerza y respuestas del Estado, no sólo por la violencia de género, sino también por la sobrecarga de las tareas de cuidado y responsabilidad”. Precisamente sobre el tema de los cuidados, Díaz afirmó: “La tarea de cuidado –muy cara a las mujeres sindicalistas- es una demanda que en la sociedad estaba invisibilizada y que aparecía resuelta en el ámbito doméstico y familiar privado, sin corresponsabilidad, sin recursos y sin servicios.”
Entre otros asuntos que surgen como demandas que requieren respuestas de políticas públicas, Díaz mencionó las brechas laborales y salariales que segregan a las mujeres tanto vertical como horizontalmente. Se refirió también al gran trabajo que está encarando el Consejo de Políticas de Género Transversales en la Administración Pública para abordar la situación de otras identidades de género no binarias, históricamente muy discriminadas. Con el fin de tratar integralmente estos temas, desde esta área se “busca garantizar que la perspectiva de género y diversidad llegue de forma transversal a todos los municipios, y a todo el conjunto de políticas de gobierno”.
La funcionaria reconoció la labor de las mujeres sindicalistas, con quienes se mantiene un diálogo permanente. Abogó por el fortalecimiento de estas organizaciones así como de los movimientos sociales, juveniles y universitarios. Las políticas públicas deben nutrirse de las/os trabajadoras/es. “Estamos en redes, formamos especies de consejos de la sociedad civil en una comunidad organizada”.
Las múltiples preguntas que recibió la Ministra le dieron pie para explicar el paso institucional del rango de Instituto a Ministerio, una ampliación en la jerarquía que posibilita la participación en las discusiones de más alto nivel. En ese sentido, la problemática de Género cobra una relevancia que antes no había tenido. Ya todas las provincias cuentan con áreas de Género, pero por primera vez hay un Ministerio Nacional de Mujeres y un Ministerio Provincial, tanto en Buenos Aires como en Córdoba.
Otra pregunta se refirió al papel de los sindicatos. La disertante subrayó el gran trabajo que tienen los sindicatos tanto en la promoción de las leyes (como la Ley Micaela), como en la contribución que pueden hacer en la articulación con el sector privado, con los clubes y los municipios.
Finalmente, ante una pregunta sobre las acciones sobre la protección a víctimas de violencia de género, Díaz habló del patronato de liberados, un espacio para hombres que han cumplido su condena y salen de la cárcel. En este sentido, los dispositivos como el uso de tobilleras y los monitoreos no resultarán suficientes si no se hace un trabajo más integral con los varones. Mencionó, en este aspecto, el Plan Nacional de Erradicación de la Violencia y la Promoción para la salida de la violencia. Para las víctimas, agregó, están desarrollando líneas para favorecer un camino de autonomía, para que puedan reconstruir un proyecto de vida. Finalmente expresó su apertura a las voces de las/os más jóvenes: “Estamos en una sociedad en transición. Las pibas y los pibes nos enseñan; tienen otra cabeza; tenemos que poner atención en las nuevas generaciones”, concluyó la Ministra Estela Díaz.