En el inicio de su exposición, Fiorito, oriunda de la Provincia de San Luis, relató que durante su infancia se crió en una casa-escuela dirigida por su madre: “Era un lugar para compartir con todes, donde convivían la formación, el juego y la familia. Todo el tiempo observaba un conjunto de acciones, sostenidas en su mayoría por mujeres que, a mi entender, son las mejores administradoras del saber. Aprendí a jugar y a hacer todo siempre en comunidad. También a mirar la realidad de una manera diferente. Tal vez, esos recuerdos me ayudaron a mantener mis convicciones políticas y artísticas”. En esta línea, agregó que, al momento de construir y diseñar una determinada gestión, resulta indispensable trabajar en equipo: “No creo en las iluminaciones personales, sino en las ideas colectivas. Nuestros recorridos personales orientan nuestra manera de ver el mundo”.
En el año 2007 fue convocada para realizar un proyecto artístico y televisivo, que incluyó la creación del Canal Encuentro, dependiente del Ministerio de Educación de la Nación: “Me acompañó un equipo de mujeres provenientes de todo el país que, con su mirada, logró transformar la televisión educativa. Fueron años de enorme energía, de gran sinergia de trabajo, de mucho crecimiento y de volver a creer”.
Para la conferencista, sistematizar esa forma de trabajo, en la que “lo emocional y lo político” tuvieron un valor preponderante en el armado de la cultura federal y soberana, derivó en la creación del Canal Pakapaka y del reconocido personaje Zamba: “Allí, cruzamos tres espacios privilegiados para la transformación: la infancia, la educación y la cultura. Fue el resultado de muchas personas talentosas, como los productores, editores, contenidistas, guionistas, realizadores, dibujantes, trabajadores del Estado, ministros, organizaciones y sindicatos. La creación, a través del arte y de la cultura, puede lograr transformaciones colectivas”.
Luego de destacar que el Centro Cultural Kirchner es el tercero más grande del mundo, la Licenciada en Producción y Dirección de Radio y Televisión subrayó: “Los centros culturales son fundamentales en términos de redes de espacios, ya que conforman y sostienen la producción cultural de un país. Son lugares que albergan y reproducen ciertas ideas de cultura y de tradición, pero que también dan visibilidad a algunos artistas. El mayor desafío que encontré como Directora fue pensar de qué manera se podía construir un espacio a partir de prácticas antipatriarcales. Y también formar equipos de trabajo que nos inviten a otras miradas, porque un centro cultural público debe convocar a personas diversas”.
En relación con los objetivos del Centro, Fiorito explicó que la intención es “potenciar las creaciones que promuevan la diversidad desde el arte, la educación, la integración y la pluralidad”, así como también descentralizar, formar sujetos de derecho e infancias, y sostener redes desde lo político y desde lo poético: “La inclusión y la federalización son ideas que cruzan todos los proyectos que construimos. Desde nuestro equipo de trabajo no queremos impartir certezas, sino habilitar discusiones. Abrir un espacio de debate para distintos actores sociales, referentes culturales y, de ese modo, acercar nuevas voces”.
Por otra parte, señaló que desde el CCK, se abordan paradigmas culturales actuales, “en un momento en que la pregunta acerca de nuestras prácticas antipatriarcales encuentra interacción con la virtualidad. Por ese motivo, es fundamental que cambiemos las prácticas anquilosadas y perjudiciales para las feminidades y para las diversidades”.
La llegada de la pandemia trastocó la planificación inicial y derivó en grandes modificaciones en la agenda de actividades. En tal sentido, Fiorito precisó: “La gran ausencia es el público. Porque nuestro trabajo es con el otro, con su presencia. Pero el arte debe seguir pensándose; tiene que seguir creando y dialogando. Debemos seguir abriendo puertas para que los jóvenes no sean sólo espectadores, sino productores de cultura”.
Asimismo, la Directora del Centro Cultural Kirchner resaltó la idea de composición como tarea colectiva, en la que, a través de un montaje entre distintas manifestaciones artísticas, se logra un mensaje común: “Nos interesan las prácticas artísticas que dialoguen con otros lenguajes y que tensionen con sus propios cimientos. La intención de este Centro es que sea un espacio de intercambio y de soportes. Desde mi lugar, quiero que sea un centro más federal, más participativo, y más transfeminista. Este año fue muy difícil; para salir de esta situación, necesitamos propuestas sólidas que habiliten nuevos rumbos. También, gestionar políticas públicas que sintonicen con las políticas sociales de un futuro incierto”.
En el cierre de la conversación, previo a dar lugar a las preguntas de la audiencia, Verónica Fiorito resumió: “Todo lo que conté fue posible gracias a un coro de voces y miradas que me exceden. Son ideas que no se me hubieran ocurrido, porque los proyectos no se piensan solos, sino con otres. La cultura es un conjunto de saberes, tradiciones y comportamientos compartidos por una comunidad. Esas redes que armamos para crearla, reproducirla, e incluso, para cambiarla, son el camino para hacer convivir lo espectacular con lo real y ampliar los horizontes con aquello que tradicionalmente llamamos cultura”.