Eduardo Duhalde
en #UTEDYCenVIVO

“Producción y trabajo”. Estos conceptos incluidos en el título propuesto por el Doctor Duhalde constituyeron, efectivamente, los ejes de su charla. Dos conceptos que lo llevaron a retomar las ideas y sobre todo, acciones, del General tres veces Presidente de los argentinos, Juan Domingo Perón: Desde los planes quinquenales para promover la industria, hasta la fabricación de aviones y la construcción de enormes obras de diques, pasando por la creación del Instituto Balseiro, el prestigioso centro de investigación aplicada en Física e Ingeniería, que trabaja en conjunto con la CNEA y la Universidad de Cuyo. Otra inspiración del General es, para este político de larga trayectoria, el lugar que les dio a los trabajadores y a los jóvenes. La cultura del trabajo y todo lo que está vinculado con lo productivo. “Con ese Perón, que hoy está olvidado, es con el que me siento más identificado”. Es el Perón que se recuerda a través de las frases más célebres, como “De casa al trabajo y del trabajo a casa”; “Gobernar es crear trabajo”; “El trabajo es la suprema dignidad del hombre: En la comunidad argentina no existe más que una clase de hombres: los que trabajan”.

Duhalde recordó que sus dos primeros libros están vinculados con esa transición: de la Argentina productiva a la Argentina especulativa o “usurera”. Cuando se deja de producir y toda la economía gira en torno del dinero, se producen grandes daños. “Los ricos son cada vez más ricos, la clase media se empobrece y los pobres están cada vez peor (…). En 1996 planteé que teníamos que salir de la convertibilidad. La mayoría de la gente quería seguir, pero no conocía los números.”

El Doctor y profesor de Derecho relató entonces la experiencia de ese momento tan crítico en la Historia Argentina, entre el 2001 y el 2002, cuando fue convocado por Raúl Alfonsín para organizar un cogobierno, y en el plano económico, salir de la convertibilidad y apuntar a un modelo productivo. Cuando finalmente Duhalde aceptó el desafío de asumir el gobierno nacional luego del derrumbe de diciembre de 2001, nombró a Jorge Luis Remes Lenicov como Ministro de Economía, quien dejó el Ministerio de Economía de la Provincia para pasar al de la Nación. Unos meses después Remes Lenicov le dejó paso en el Ministerio a Roberto Lavagna.

Entonces, según su relato, se comenzó a trabajar poniendo el foco en la producción: “Logré que los sectores gremiales no hicieran nada por seis meses. El negro Moyano me plantó una huelga en junio. Yo llamé a los dirigentes a comer un asado y les pregunté cómo les iba; muchos dijeron que les estaba yendo bien. Finalmente Moyano suspendió la huelga ‘por mal tiempo’. No me hicieron ninguna huelga.”

El actual presidente del Movimiento Productivo Argentino se refirió a su actitud frente al Fondo Monetario Internacional y el tema de la deuda externa: “Vinieron del FMI a convencerme para que bajen los salarios. No quise hablar más con el Fondo Monetario Internacional. Les dije que no iba a pagar porque necesitábamos la plata para salir de la emergencia (…) Comenzamos a hacer en Argentina la primera gran coalición y el gobierno de la producción, del capitalismo productivo”. Esta coalición fue, como la que debería formarse ahora, una “comunidad productiva”. Incluyó no sólo a los trabajadores y los sindicatos sino también a los empresarios. Así se creó el “diálogo argentino”, con empresarios, productores, sindicatos y otros sectores. “Fue una tarea muy difícil, porque estábamos en default y teníamos que salir de la convertibilidad”.

Volviendo a la situación actual, el dirigente afirmó que el problema no es lo que debemos, sino lo que no producimos. A pesar del problema de la deuda que tenemos hoy, es un momento ideal para producir. “Un momento extraordinario por la gente que está gobernando las provincias (como los gobernadores de Santa Fe y Córdoba, y el gobernador de mi provincia (Buenos Aires), que es un fanático de la producción.” Por otra parte, Duhalde señaló “Estamos haciendo un maremoto en una pelopincho. Argentina debe el 74 % de su PBI; Estados Unidos debe el 98 y países más avanzados deben el 700 o más… Además, el Presidente ha llegado a un buen acuerdo con el campo.”

Para lograr este despegue, sin embargo, se precisan cambios. Ya no sirve una política basada en partidos; ni en la creación de más organismos. “¿Para qué queremos 22 ministerios? Sobran con la mitad”. En eso se pierde una gran energía. Y “la energía en tiempos de crisis es muy débil; sucede lo mismo que con el gas: cuando no se lo pone en una cañería, se da un efecto de venteo; la energía se pierde y no se la puede utilizar. Lo mismo pasa con la sociedad. En épocas de crisis hay que ponerse pocos objetivos básicos, por ejemplo, “promover la producción”, “recuperar el poder del Estado”. Pero sin la división creada por los partidos. “Las parteras de lo nuevo son las redes y los movimientos. Los partidos ya no van (...) Todos los argentinos debemos tirar del mismo carro.”

Para salir de la crisis, entonces, se requiere una nueva institucionalidad; una gran coalición patriótica, de unidad nacional, con consensos y acuerdos. “Hoy, como ayer en el 2002, necesitamos la gran coalición”.