A los 30 años recién cumplidos, Eugenia Catalfamo fue designada Senadora por Provincia de San Luis, en representación del Partido Justicialista que integra el bloque del Frente de Todos. Era la edad mínima para ejercer ese cargo, en una cámara que tiene como promedio de edad los 56 años. Es la primera mujer joven que representa a su provincia en esa función.
El jueves 2 de julio la Licenciada en Comunicación Social (por la Universidad Nacional de Córdoba) protagonizó el conversatorio del ciclo #UTEDYCenVivo. Abordó el tema “Desafíos de las juventudes en la post-pandemia”.
De hecho, el foco de su trabajo legislativo está puesto en el sector de la Juventud. Cuenta con dos proyectos de ley para el Senado: uno, aún en dictamen, referido a la Comisión de Juventudes, y la Ley Nacional de Juventudes, un marco normativo para la Juventud, que incluye los deberes que debe cumplir el Estado.
El proyecto ha sido presentado en distintas provincias (San Luis, La Rioja, Jujuy…), también en ámbitos sindicales, donde la Senadora se ha preocupado por conocer la realidad de las/os jóvenes en cada lugar.
Entre otras cuestiones, contempla un presupuesto propio para políticas públicas destinadas a los jóvenes. Otra aspiración, que apunta a reducir la desigualdad entre las/os jóvenes, es que se establezca un plan de infraestructura digital. Que asegure la conectividad, pues el buen acceso a internet debe ser un derecho humano. En este sentido, Catalfamo subrayó la importancia de la educación. Y relató cómo en la provincia de San Luis se incentiva a las/os chicas/os a hacer programación y a aprender a usar las nuevas tecnologías. Ella misma insiste en seguir estudiando cada día para continuar su formación política.
A partir de datos del INDEC, destacó que quienes tienen entre los 15 y 29 años suman diez millones de habitantes. Según la Senadora, habría que ampliar el rango etario hasta los 35 años. Su idea es empoderar a las/os jóvenes para que tomen sus riendas y ocupen lugares de poder. Recordó cómo en distintos momentos históricos hubo luchas protagonizadas por los jóvenes, como la conocida como la “Noche de los Lápices” durante la dictadura militar y como la “Marea Verde”, el movimiento feminista que lideró la campaña por la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo. “Que se logre la revolución de los jóvenes”; que los jóvenes se sumen al desafío de hacerse cargo de los sectores más vulnerables, enfatizó. Pues de hecho, ellos lo conforman. Sobre todo, las mujeres jóvenes, en quienes recae con mayor dureza el desempleo, el esfuerzo del cuidado doméstico y de sus familiares menores y mayores.
Esta Pandemia nos tiene que dejar la posibilidad de construir una nueva sociedad. Tenemos una fortaleza: nos queda mucho por delante. Un tiempo para visibilizar las problemáticas de los jóvenes y ponerlas en la agenda pública.
La política tiene el poder de transformar la realidad y la militancia implica la acción de tender una mano, de asistir y escuchar. La militancia es el espíritu de la juventud. Por ello hay que ayudar a militar la Ley.
“Hay que estudiar mucho y buscar el diálogo. A las juventudes nos cuesta unirnos; hay que pensar más allá de los que estamos haciendo. Hoy me toca a mí, pero en 2023 puede estar otra persona.”
El diálogo se propicia cuando se generan espacios. Como los Encuentros de la Juventud que ha organizado UTEDYC. “Me encanta. Me pareció genial que le dieran tanta participación a los jóvenes y a las mujeres”.
Catalfamo también participa de un espacio destinado a los jóvenes de su provincia. Es la Fundación Luminar. Surgido a fines de 2019, alberga talleres y cursos de formación. Pero también desde allí se organizan campañas solidarias, acciones en barrios y donaciones.